sábado, 26 de diciembre de 2009

Que tonteria



         ¿Gordo? bastante, aunque puede ser, que lleve demasiada ropa, ¿barbudo? la verdad es que lleva los pelos, incluso los de la cara, demasiado largos y desarreglados, pero tan blancos hasta le quedan vistosos, ¿hortera? a ver eso no, que viste siempre con traje de paño rojo, con gorro a juego, vale, lo de la bolita blanca caída hacia un lado, bueno, el cinturón de cuero, con hebilla de herradura tamaño familiar, pase, lo único, que su trineo vaya tirado por remos, y que se desplace por el cielo, pero eso también puede ser envidia, lo que no puedo aguantar es lo de PAPÁ, papá no.
               De acuerdo que los paganinis seamos siempre los papis, mamis, abuelis, tiis, etcis, pero con lo que nos cuesta, y lo bien que le hacemos quedar con todos los niños y niñas, pretenda ahora que mis peques le llamen papá, no, hombre eso no, podía haber pensado en algo menos hiriente en lo familiar, aunque fuera cercano, en plan afectuoso, no se, amigo, colega, tito, yayo, rey del polo ¿aunque suene a dentífrico? y si no que leches, Noel a secas, no hay confianza, coño pues de tú, y si quiere un poco de respeto, que yo no digo que no lo merezca, a pesar de los pesares, señor Noel y punto, pero eso de papá no.
Después por si no fuera bastante, y para que esté contento, hay que dejarle cerca del árbol, por cierto espantoso, con tantas luces, bolas, angelitos y la estrella de rigor en la copa, que no hay quien la sujete, algo para que coma, y una copita de anís para acompañar, como acabará la noche, así esta de gordo y coloradote el amigo.
               Y las preguntas, esas que le hacen quedar mejor aún; Papi, pero nosotros no tenemos chimenea, ¿podrá entrar?, y ¿trae regalos para todos los niños? y ¿a todos la misma noche?, que bueno y rápido es, a que sí. “nos jodió el agua con venir en Mayo”
Luego por si no hubiese bastante con este, a las dos semanas, más, y encima tres por falta de uno, ala, otra cartita, y a volver a estrujar los bolsillos, agradecimientos los mismos, todos los meritos los tienen unos reyes que dicen que vienen de oriente, con sus camellos, acompañados por sus pajes, y que deben de ser muy viejos, porque hace dos mil años ya andaban dando guerra con los regalos. Otra noche sin dormir y andando de puntillas por la casa, para colocar todo.
           No hay que mentir, le decimos a los peques durante todo el año, pero llegando estas fechas, todos en nombre de ellos escribimos:
             Hemos sido muy buenos, obedientes, ayudamos mucho a papá y mamá, no le pegamos a otros niños, y queremos, “queremos” la única verdad, y luego la retahíla de juguetes, cada cual más caro y sofisticado, y tú, piensas, pero como me lo monto, si le iba a comprar unos peluches de esos de hacer guiñol, y todo lo que piden habla, anda y funciona solo.
          Todo sea por ver la cara de ilusión que ponen cuando abren los regalos, y la cara que pone su madre a los cuatro días, cuando empiezan las broncas porque al dichoso bicho, se le han acabado los pilas, todos los accesorios, (que son un montón, y pequeñajos) están esparcidos por toda la casa, y nadie los recoge, y el más caro, el que más ilusión le hacía, por el que casi le pego a una señora, ya que era el ultimo que quedaba en la estantería y tenía que ser para mí, ese, ese juguete está tirado en un rincón, sin hacerle ningún caso, mientras en el suelo se entretienen con dos cachos de madera que encontraron ayer en el parque, y por lo que oigo deben de ser, un coche de bomberos y un hotel de cinco estrellas que está ardiendo, manda cojones, y yo mientras haciendo cábalas, para ver de dónde quito y donde pongo(poner poco) para cuando llegue el recibo de la tarjeta, y así cada mes a cuenta de los plazos, claro luego están su cumpleaños, santo, y ahí si hay que esmerarse, vamos aunque me cueste un riñón, solo faltaría que esos señores imaginarios, vayan a ser más generosos que yo, a ver si a cuenta de mi esfuerzo, ellos van a ser al final los más queridos. Y yo, sé que le estoy dando una educación excelente para el día de mañana, que estoy haciendo que sea una persona agradecida, que me hace sentir orgulloso, lo bien que va siempre, y ahora que con la charla han pasado unos años, me doy cuenta que debo reconocer, se lo merecen todo, porque hombre, a pesar de haber repetido tres veces el mismo curso, y algún suspenso (este trimestre seis de nueve), de que llega siempre a la hora que le da la gana y algunas veces con una copa de más, de que le sisa algún dinerillo a su madre del monedero a parte de la paga para sus vicios, de que yo no sé porque se empeña en creer en esos señores a estas alturas (19 años), aparte de eso, tampoco está tan mal, es normal, como todos los de su edad. Sigue siendo mi peque.


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