Sobre todo un amigo

Hola; Que tal por ahí.

Lo primero, darte las gracias, por venir a despedirte de Raquel, aunque ella no nos haya dicho nada, pues no puede como bien tú lo sabes, yo si me enteré, pero no podía imaginar que eras tú.

Había quedado esta noche con tigo, pero has decidido que no fuera a nuestra cita. Me hubiera gustado, como a todos, despedirme de otra manera, y sobre todo dentro de mucho tiempo, pero el destino ha preferido esta forma de hacerlo, y ahora solo me queda el pensar que desde algún sitio, entenderás estas letras, que escribo en representación de tus seres más queridos.

Al final decidiste guardarte para ultima hora y en secreto esta inocentada, o tal vez no supimos escucharte, da igual, se que te fuiste de dormido, sin sufrimiento aparente, y eso me reconforta, aunque como fue, solo lo sabes tú.

Se que ahora estarás un poco apenado al ver a tu mujer é hijas llorando tu ausencia, pero no te aflijas, debes de estar en paz, para poder ayudarlas a superar este trance y que pronto los recuerdos maravillosos que de ti guardan, sean un estimulo para seguir luchando por la permanencia en este su mundo.

Perdona mi egoísmo, se que no hace falta que yo te lo pida para que lo hagas dentro de tus posibles, pero te ruego que si en algún momento tienes un poquito de tiempo, me cuides a Raquel, los demás, también son importantes para ti, por supuesto, pero sabemos pedir ayuda, cosa que ella no sabe, y tú tienes ahora más sencillo el entenderla, que ironía pensar por un momento que en eso me das envidia, pero mi sitio está aquí junto a ellas, y soy demasiado cobarde como para acompañarte.

Si decides volver alguna noche, serás como no, bienvenido a casa, si te oigo no me asustaré porque te estaré esperando, y si tengo valor, y no creo que te moleste, me levantaré a saludarte, y a darte las gracias por la familia que tienes, que también es la mía, aunque yo sea simplemente un allegado.

Bueno como ves estamos Raquel, Lucía y yo, los demás están cerca de tu cuerpo, pero todos juntos estamos cerca de tu alma.

Hasta siempre amigo, te seguiremos queriendo y recordando, y seguro te tendremos presente, cuando algún día nos dé por lanzar al viento una oración.