martes, 20 de abril de 2010

Que bonito


Que bonito sentarse plácidamente frente al ordenador, para aquellos que como yo, siempre hemos carecido de buena ortografía, y los pensamientos junto a la gramática, se nos amontonaban, teniendo que elegir entre volver a copiar después de darle un repaso, o querer encontrar esa lucida frase que había visitado nuestra mente un instante antes de manera efímera y que ahora por culpa de una v ó una b, se ha vuelto confusa en su estructura.
Que bonito escribir esos versos con delicadeza, tal y como van surgiendo de tu alma, pensando en la persona amada, para luego colocarlos en un orden escalonado, y así dar más sentido a la verdad de lo quieres expresar, e incluso perfilar nuevas palabras, con la intención de no ser repetitivo.
Que bonito hacer llegar tus inquietudes del presente a tus seres queridos, intercalando paradojas y descripciones, para que todos siendo diferentes, puedan reconocer tus sentimientos y al mismo tiempo sentirse abrazados con la misma intensidad.
Que bonito poder plasmar en un Mega, el porqué de toda una vida analizada desde la distancia, para que nunca se te olvide lo que fuiste, lo que quisiste ser, por lo que luchaste y aquello que dejaste olvidado en un rincón de tu mente, sin lo cual nada habría tenido sentido.
Que bonito soñar con la felicidad, cambiar las situaciones más desfavorables por quimeras inventadas, dejar la realidad en un plano celeste volando junto a tu ausencia a un paraíso creado por ti, del que nadie sabe, el que solo tú puedes encontrar simplemente con leer de nuevo las primeras líneas y cerrar los ojos recordando el resto, al tiempo que modificas a tu antojo los detalles más superficiales.
Que bonito leer lo escrito en el pasado y ver que quedó incompleto, pues el día que un pensamiento no tenga más profundidad, nada que pudiera agregarse a cualquier tema para precisar un concepto, dejará de interesarte escribir, pues para nadie, ni siquiera para ti, tendrán interés tus escritos.
Que bonito cuando tus descendientes hallen por error tus memorias y te descubran tal como eras, o como quieras que te recuerden, y puedan comparar lo que escribiste sobre ti y los demás con lo que otros le han contado, y entiendan o no, porqué tus divagaciones literarias tocaban siempre los mismos temas, y al final, cansados de leer puedan sentir admiración o desprecio por tu obra o tu persona, pero sobre todo seguirás despertando sentimientos.
Que bonito volver a leer esto que acabo de escribir y antes de mandarlo a mis allegados, sentir que está incompleto, que sobre este tema podría estar escribiendo todo el tiempo, que gracias a mis tonterías, no solo me voy conociendo poco a poco, si no que me doy a conocer a los demás.
Que bonito sobre todo, saber que aquello que sin querer aprendimos en la infancia, nos servirá para hacer más placentera nuestra vejez.

2 comentarios:

  1. Joder!!! (y perdona la palabreja) Que requete bonito, Carlos!! Es precioso, amigo, poeta.

    ResponderEliminar