jueves, 10 de octubre de 2013

Trenzas doradas cap.6

 
     La una y media de la madrugada.  Héctor regresaba del trabajo.   Abría  la puerta de su domicilio con todo cuidado para no hacer ruido.  El comedor estaba desierto.  En la habitación de invitados, solo una cama ocupada por Charo. –ya ves, ayer le tocó a su madre y hoy a su hermana, mañana lo mismo le toca dormir con ella a Julia.  Podía hacer varias  cosas: ¿Acostarse en la cama de al lado de su suegra? como que no. ¿Bajarse a la caravana y estar tranquilo hasta el medio día? provocaría un mal rollo innecesario. Habría que quedarse con la tercera opción. Coger con sigilo el edredón de la cama no ocupada y al sofá.
    Dejó la ropa doblada sobre el respaldo y se enrolló cabeza y todo para que la claridad de la mañana no le molestase.
    El reloj digital del equipo de música mostraba las tres y diecisiete.  Una mano con suavidad destapaba su rostro y unos labios después de besar los suyos le susurraban en el oído: pero que haces aquí tontorrón.
    .- ¿qué haces despierta?
.- he ido a abrazarte y allí en tu lado no había nadie
    .- ¿y tu hermana?
.- vamos a la cama.  Carolina se queda a dormir con Julia, así le hace compañía y se levantan juntas para ir a la tienda
    .- ¿qué tal mi padre?
.-Ernesto, como siempre. Haciéndose el duro pero cuando me ha abrazado no podía disimular los pucheros.
    .- ¿se habrán quedado a cenar?
.-que va, ya sabes que es un caga prisas, enseguida le ha dado la bobada  y ha empezado a protestar, que si a él no le gusta conducir de noche, que si tenía que madrugar mañana, ya sabes como es.
     .-que a gusto, por fin en nuestra cama
.-abrázame que me he quedado helada
    .- ¿como está esa barriguita mía?
.-un poco más gordita que ayer
    .-pero que guapa estás, te quiero tanto
.-y que se te ocurra no quererme
    .-hasta mañana cariño
.-duerme mi chiquitín
       La nueva vida seguía creciendo con normalidad.   La imagen de la primera ecografía se utilizaba luminosa como salvapantallas en el ordenador.  Todo el tiempo del mundo estaba dedicado al cuidado exhaustivo de aquel pequeño ser y de la persona que lo portaba en su vientre.
     Una noche del quinto mes de gestación, Ángela notó como alguien le acariciaba con mucho mimo alrededor del ombligo.  Abrió lentamente las pestañas y allí estaba ella, Clara, arrodillada junto a la cama. Hablándole bajito a su pequeño bebé.
   .-hola Ángela, soy yo
.- ¿qué haces aquí?
    .-disfrutando un momento de vuestra  felicidad
.-que guapa eres
    .- no estés nerviosa, todo va a salir bien
.-algo me dice que sí.  Habíamos pensado en llamarla como tú
    .-me encantaría y que no se os olvide ir a enseñarle la niña a mis padres
.-por supuesto, a tus padres y a ti
    .-claro, claro.  Bueno me tengo que ir
.- ¿no me vas a dar un beso?
    .- sí que te lo doy, voy a darle otro a Héctor antes de marchar
.- adiós. –pareció difuminarse su silueta a través de  la persiana entreabierta del balcón.
       Él, abrió los ojos entre sueños.
        .- ¿qué pasa?
.-ssss. No pasa nada, ha sido Clara
       .- ¿Clara? ¿Qué dices? –parpadeando y agitando la cabeza para despertar
.-despierta que te cuento
        .-ya, ya estoy despierto ¿qué ha pasado ahora?
.-me he despertado y Clara estaba acariciándome la tripita. Hemos hablado un rato, me ha dicho que todo va a salir bien. Antes de irse se ha acercado a tu lado de la cama para darte un beso y el roce de sus labios te ha despertado
        .-que pena no haber despertado antes
.-le he dicho que a la niña le pondríamos su nombre y me ha dicho que no se nos olvide ir a enseñársela a sus padres
       .-tienes razón, antes de irse a casa aquella noche, el padre me pidió que por favor volviéramos por las mismas fechas otra vez, que estaría esperando
.-esa es la prueba de que es verdad, no estamos locos
       .-pues claro que no estamos locos. Ahora a dormir
    La sensación de tranquilidad que había dejado la presencia de Clara en esa habitación era inmensa. Ahora ella estaba segura de que todo iba a salir perfectamente y la nueva Clara los iba a hacer muy felices.
    Cada fin de semana se juntaba toda la familia, la hora de comer del domingo era un tira y afloja continuo.
   .-pues deberíamos bautizarla en el pueblo
       .- se va a llamar Claudia como mi abuela
          .-no se os ocurra comprarle todo rosa
.-mejor ponerle Julia como yo
       Cada vez que alguien sugería algo las miradas se cruzaban desafiantes. Ya se habían acostumbrado a aquella situación, de vez en cuando con cualquier pretexto, se levantaban de la mesa e iban a la cocina. Allí se abrazaban y se reían bajito. –dijeran lo que dijeran, ellos harían lo que les viniese en gana.  Solo intervenían para mediar cuando estaba a punto de llegar la sangre al rio. Ella pronunciaba la frase mágica: ay, se está moviendo. Todos se levantaban de sus sillas y se acercaban con celeridad a ver si notaban algo y la conversación anterior se olvidaba por completo.  Un ratito de tranquilidad y otra vez, vuelta la borrica al trigo.
      Llegó el momento de la última revisión, faltaba solo una semana para la fecha fijada.
        .-Ángela, habéis superado lo peor, ahora no podemos correr riesgos innecesarios.  Luis y yo hemos estado viendo posibilidades y creemos que deberías de ingresar esta misma tarde y así tenerte controlada en todo momento.
.-pero si todo va a salir bien
         .-si ya lo sabemos que va a salir bien, pero que te cuesta evitar cualquier eventualidad no deseada
.-mira que sois cagones, si estoy mejor que nunca
    .-cariño, tienen razón. Que es una semana si nos queda toda una vida por delante
         .-esta niña ya es algo personal, solo por la guerra que nos has dado.  Nos lo debes
.-me vais a hacer sentirme culpable de no haber tenido un bebé antes
          .-no, no, yo no he dicho eso
.-no intentes arreglarlo ahora.  Vale me quedo
          .-pues esta tarde ingresas
    .-por favor, decirle a la familia que en la habitación, hasta el parto, excepto su marido solo se puede permanecer  de cinco a siete de la tarde, para no estresar a la niña. Que confíen en ustedes es algo muy importante
.-que cabrón. Perdón, se me ha escapado
         .-tampoco seré yo quien te discuta lo dicho, pero entiendo perfectamente a Héctor
              .-ja, ja, que así sea. Yo me encargo de hablar con ellos
    .-gracias, pero llévate el látigo o mejor una flauta que la música amansa a las fieras
.-a que al final cobras y le digo a mi madre que se quede ella
     .-no le digas nada, prefiero cobrar
.-si se lo digo ibas a cobrar si o si
     .-vamos a lo que íbamos, esta tarde estamos aquí
          .-hasta la tarde pareja
 

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