domingo, 29 de diciembre de 2013

Feliz cumpleaños ANA


UN cuento para:

MAMAITA

 

   Como cada mañana, después de darle el desayuno y alguna que otra pastilla en la cocina, se dirigían al salón. Se arrodillaba junto al sofá donde acababa de acomodar a la criatura.  Una vez sin pijama, desnudita solo con el pañal, le gustaba morderla en la barriga al tiempo que le masajeaba las piernas para que las tuviese relajadas. El escándalo producido entre las voces y las carcajadas era tremendo. Luego, ya aseada, vestida y sujeta al asiento trasero, se volvía a dormir en el trayecto, mientras era vigilado su dulce sueño por el espejo retrovisor hasta llegar al colegio donde pasaba toda la mañana en sus instalaciones adaptadas, rodeada de pequeñuelos de su misma condición, profesores, cuidadores y personal de enfermería.

       Desde que nació, se la llevo a todo sitio donde parecía haber una esperanza de mejora. Cada vez que un nuevo tratamiento, parecía surtir efecto o sus movimientos iban progresando. Su única opción era seguir confiando en los profesionales especializados en neurología, rehabilitación u ortopedia. Al poco tiempo, otro error y otra decepción.

   Luego echaron mano de sanadores o curanderos. Una manera más como otra cualquiera de tirar el dinero, el único clavo ardiendo donde se podían agarrar, pensando que la esperanza dicen que es lo último que se pierde.

   El estado psicológico no mejoraba, se limitaban a aceptar la situación, incrementando su culpabilidad por no haber omitido  las indicaciones médicas y  haber seguido su instinto. ¿Pero quién se arriesga?

    Para mejorar “según los que dicen que saben” su estado físico y corregir luxaciones, llegaron las dichosas intervenciones quirúrgicas.  Ingresos, incomodidades, sufrimientos y penurias para nada.  Pero el pasado no tiene remedio, es pasado y hay que pensar en el futuro intentando disfrutar del presente.

     Por fin, nadie iba a interferir en sus decisiones.  Como siempre se seguiría jugando como no, al adivina, adivinanza. Medicación y  seguimiento personalizado a diario por parte de los que más la conocían, seguro que daría resultados. La prioridad ya no se basaba en la mejora, más bien en la estabilidad y calidad de vida.  Con evitar molestias producidas por las contracturas era suficiente.   (Y regresamos al hoy)

    Como cada mañana, la rutina no es aburrida.  Al ir a despertarla, ella siempre les premia con una sonrisa. Al bajarla por las escaleras, acocha su cabeza sobre el hombro al tiempo que sigue desperezándose y al sentarla en la silla, hace fuerza por despertarse y disfrutar, volviendo la cabeza hacia tras indicando la posición del sofá o eso parece.

    Domingo  y además en vacaciones. Llegando la hora de al medio día, un sonido le hace cambiar su cara. Es el agua al caer llenando la bañera, el lugar donde más feliz se siente, quizás por la libertad que ofrece estar casi flotando en el calentito liquido elemento. Los masajes de la esponja llena de jabón por todo el cuerpo, nunca deberían tener fin.

    En la sobremesa, aunque ella haya comido antes con su flan incluido. uuum... la hora del postre y el café. Pero que golosa, eso sí que le gusta. Pide a gritos desesperadamente que le den más. Las mandíbulas parecen desencajársele de tanto como abre la boca.

     Mira con cara de pícara a su madre, para que le pregunte por las cosas que hace papá y esperando a que ande el matamoscas dando a diestro y siniestro, incluso al pequeño perro que se le sube en las piernas para hacer monerías.

   Un pequeño deseo, cada vez se ve más lejano, está asumido que es algo imposible, ya da igual, solo importa mantener la llama viva que produce esa preciosa sonrisa.

     A última hora de la tarde, antes de acabar ese día de finales de Diciembre. El veintinueve para ser más precisos. Mientras le pone el pijama para ir a dormir. En un momento de silencio entre las voces y las carcajadas, cuando se encuentra de espaldas, cogiendo un pañal limpio del armario, claramente se puede oír una palabra.

    Se vuelve para mirarla con los ojos llenos de lágrimas. Esas que al agacharse para abrazarla le corren por el rostro cayendo sobre su torso desnudo, disimuladas con un radiante gesto de alegría.

    Su grata relajación ha dejado actuar libremente a sus cuerdas vocales al tiempo que su lengua rozaba la parte delantera del paladar y los incisivos superiores o tal vez solo ha sido un sonido gutural involuntario que emergió espontáneamente de su garganta y una mente esperanzada, interpretó aquello tan deseado. Es lo mismo. No ha pronunciado ninguno de esos monosílabos tan esperados que les ayudaría. Un simple sí o no, que les diera la certeza de que estaban haciendo lo correcto. La respuesta tan improvisada como necesaria a miles de preguntas. Tan solo y por una sola vez, el silencio fue sepultado por la palabra más preciosa que podía salir de sus labios. El regalo más hermoso que nadie nunca le podía haber hecho. El corto nombre de su madre:…..ANNA.

 

De Raquelucha

 

Feliz cumple mamaíta.
 

MAMÁ

 

   ¿Te acuerdas cuando te casaste?  Yo sí. 

       Me acuerdo que Raquel y yo juntas las dos, nos asomábamos por tu ombligo, para ver lo que hacíais. Que jovencita, solo tenías veintitrés años.

    Qué risa. Mi padre tan serio, con aquella barba que le sentaba tan mal. Ahora está mucho más guapo, sin barba y sin bigote, a que sí. Bueno eso el día que se afeita.

    Cuando nació Raquel, me quedé sola, toda la tripa para mi sola, hasta que me dio por salir a dar guerra y a alborotar la casa.

   La verdad es que no tenía ni un pelo de tonta y una cara de bicho revoltoso. ¿Te acuerdas? Corría con el tacatá por todos los sitios, hasta meterme debajo de la encimera y chocar con el radiador. Pronto empecé a ser la tía saca de la casa, ja, ja y tú deseando darme todo lo que se podía. A veces te ponías muy seria y me regañabas con aire, pero yo se que lo hacías para educarme. Nunca te cayeron bien las niñas: rezongonas, mimadas, tontas y malcriadas. Trabajito te costó, sacarme persona. Pero lo que peor llevabas, nunca las aguantaste, eran las mentirijillas, aunque fueran pequeñas. Es que te ponías del hígado, así que mejor, la verdad por delante y a asumir las consecuencias directamente, que si no luego era peor.

   Desde que empecé a ir al colegio hasta hoy, siempre hemos estudiado la lección y hemos hecho los deberes juntas. Qué pena que no puedas estar con migo en los exámenes para no ponerme nerviosa, me sé la lección pero no sé qué me pasa, tu sabes que estudio y por eso me animas, aunque saque menos nota de la que debiera.

Eres una mamá muy buena, la mejor que pudiera tener, algo gruñona, sí, pero he de reconocer, que muchas veces te pones pesada con razón. Ya estás cerca de los ¿????.  Pero no los aparentas, cada día más guapa.

Te quiero mucho.

 

De Lucía

Felicidades mamá.

 
 

AMAMANTÍSIMA

 

           Ay, mamucha. Después de leer lo de Raquel y Lucía, qué más te puedo decir yo.

      ¿Que cada día te quiero más? ¿Que eres una mujer extraordinaria? ¿Que mi mayor deseo es pasar el resto de mis días a tu lado? Todo eso ya lo sabes.

   Lo que tal vez no sepas, aunque seguro que sí, es que:

                  Soy quien soy, gracias a ti y las niñas. Que te considero una valiente. Que con tu empeño eres capaz de conseguir hacer lo que te propones y además bien. Que podría sentir envidia, pero la vida ha decidido que estés a mi lado y así convertir ese ruin sentimiento en admiración.

       Siempre tuve la mejor familia, solo faltaba quien cerrase el círculo para comenzar a formar uno nuevo.  Esa fuiste tú.   No sé si me lo merezco, pero desde luego que soy un tipo con suerte, mucha suerte y parte de ella es gracias a ti.

    Amamantísima y adorable esposa:

 

¿Te queremos?.........................

...................Un poquino

¿Si tú no estás?......................

..................¿que nos queda?

 

 

Feliz cumpleaños

 

 

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