El borrico
.- a comer
.-ya vamos
.- ¿qué tal la mañana?
.-bien, hemos estado hablando con el
tío Cayo y nos ha dicho que quiere arrancar aquellos almendros que tiene en la
tierra del Cipero. Todos los años se le
hiela la flor y nunca recoge ni una almendra
.- ¿y cuanto os va a pagar?
.-hemos quedado en hacerlo por nuestra
cuenta, la leña es para nosotros, y luego,
podemos vender los troncos al aserradero y las ramas quedárnoslas como
leña para el invierno
.-jolín padre, si nos quisiera
vender Don Esteban el borrico nos vendría de perlas
.-ya, ¿y cómo lo pagamos?
.-le podemos dar de entrada los
troncos de los almendros y el resto a
plazos
.-no creo que esté dispuesto, pero se
puede hablar
.-dejarme
hacer a mí el trato con él
.-si consigues que acepte y sacas un
buen precio, te libras del castigo
.- ¿pero de
qué castigo?
.-del que te va a caer como armes
alguna, que fijo que la armas
.-bueno yo me
encargo, pero eso sí, ni una palabra ni de los almendros ni del borrico a nadie
.-verás como al final tenemos otro burro en
casa
.- ¿otro?
.-sí,
cuatro, el de las orejas grandes y vosotros tres
Felipe, bajaba por las tardes al
aserradero para aprender. Don Esteban
no le dejaba estar cerca de las maquinas cuando estaban arrancadas. Sentado no
muy cerca, solo mirar y aprender su funcionamiento, luego ya paradas, ayudaba a
limpiar el serrín y engrasarlas, al tiempo que el encargado le explicaba cómo
solucionar cualquier tipo de avería de poleas o engranajes, como la mejor
manera de cambiar o afilar las sierras con el menor riesgo de cortaduras.
Por las tardes, nadie merodeaba por las
cuadras.
Él, sentado en un cacho de tronco gordo
a modo de taburete, frente a una de aquellas máquinas, pasaba el rato y se
entretenía, sacando punta a un cachito palo con la navajilla que normalmente
llevaba en el bolsillo.
Sin llamar la tención, salió al patio, se
acerco hasta la cuadra sin ser visto. El pobre borrucho, estaba tranquilo
comiendo en el pesebre. Se aproximó
despacio y clavó con fuerza el palitroque en su parte posterior, justo en un
sitio que cada vez que movía el rabo este le rozaba en un saliente nada
visible, al tiempo que daba un gran salto hacia tras, para evitar el recibir un
par de coces.
Volvió
a la nave y se sentó de nuevo a ver como el operario hacía tablones en aquella
maquina, sacándole de nuevo punta a otro palo de los caídos por el suelo.
El revuelo de las caballerizas, hizo que
Pascual fuese hasta allí para ver qué pasaba.
Aquel pequeño burro, parecía haberse
vuelto loco, no dejaba de dar coces y alborotar al resto de animales.
.-Don Esteban, Herminia, llamen a los
hombres de la nave, a ver si somos capaces de sacar a este animal y llevarlo a
otro sitio.
Algunos
trabajadores intentaban dominarlo, pero era imposible poder agarrar a aquel
bicho. Mientras en la nave trasera, Felipe y el
hombre seguían tan tranquilos escuchando únicamente el infernal ruido que
producía aquella gran sierra.
.-llamar a Felipe, siempre tuvo mano con
este burro
.-Felipe ven
.-que pasa
.-que dice Don Esteban que vayas a las
cuadras, a ver si tu eres capaz de dominar a esa bestia
.-mira a ver si a ti te hace caso este
desgraciado
.-cualquiera
se arrima
.-ir a por un par de sogas para atarlo por
las patas y sacarlo de aquí aunque sea arrastras
Una vez las patas cogidas con nudos
corredizos, de un fuerte tirón el burro cayó al suelo. En ese momento se acercó
Felipe y en un descuido, con saña, clavó otro palitroque entre la pata
delantera y el pecho del animal que del tirón casi arrastra a los que sujetaban
las sogas.
.-vamos tirar con fuerza y arrastrarlo hasta
el almacén de los sacos de serrín.
Era un
tipo de cobertizo cerrado, para mantener secos los sacos, protegidos de la
lluvia y la humedad.
Al día siguiente, todo seguía igual, pese a
estar atado nadie podía acercarse a él, parecía embrujado, estaba poseído por
el mismísimo diablo.
.-habrá que llamar al veterinario
Don Esteban que no era un señor de medias
tintas:
.-de eso nada, vale más la visita y la cura
que el burro, vete y avisa al matarife y que lo sacrifique, muerto el perro, se
acabó la rabia
.-espere Don
Esteban, antes de sacrificarlo, ¿Por qué no me lo regala a mí?
.-tú estás loco muchacho, si te da una coz,
te termina de desgraciar para toda la vida
.-hagamos un
trato. Si en una semana, yo soy capaz de montar en él, me lo llevo a casa y si
no lo sacrifica
.- ¿y yo que gano en el trato, si no eres
capaz?
.-le doy una
idea para qué este animal le reporte un buen dinero
.- ¿Qué dinero vale un burro muerto?
.-si lo quiere
saber, tendrá que esperar una semana
.-trato hecho
.-conociendo al chaval, este lo monta y
come en su mano
El primer día era imposible acercarse al
animal. Cogió dos herraduras viejas que había por allí tiradas y pidió a
Pascual, que por favor le afilase en fino las puntas, para poderlas clavar, luego
entro en el almacén y golpeando con un guijarro, clavó cada una de ellas en un
poste de madera de los que sujetaban las paredes.
El segundo día, estuvo toda la tarde
trenzando unos cordeles de bramante fino y resistente, hasta que el grosor y
largura le pareció adecuado.
El tercero, cuando se preparaba para
atar el cordón trenzado a la soga que sujetaba sus patas traseras, vio que se
aproximaba Don Esteban. Con un palo, hurgó en el rabo del borrico, lo que hizo
que este diera botes en el suelo con fiereza.
.- ¿Cómo va la cosa chaval?
.-bien, mírelo
.-pues si llega a ir mal te come
.-no es tan
fiero el león como lo pintan
.-allá tú, pero no te fíes demasiado, no
quiero ningún disgusto, si se entera tu madre de la que estás haciendo nos
cuelga a los dos
.-usted
tranquilo
.-hala a seguir hablándole, a ver si se
relaja contándole un cuento
.-esto está
chupao
.-si tu lo dices
Y se marchó sonriendo, ya era hora de que
alguien le ganase al mocoso en un trato. Y ese iba a ser él.
El cuarto, unió las cuerdas y lo sujetó a
las herraduras dejándolo estirado e inmovilizado.
El quinto, después de comprobar que las
herraduras, postes y cuerdas, habían aguantado su fuerza todo un día y contando
con su flojedad después de varios días sin comer, se acercó con cuidado y le
extrajo con unos alicates los palitroques.
Vaya susto, parecía que se iban a caer hasta las paredes donde estaban
los postes.
Se marchó y lo dejo descansar. Quedó tranquilo y aliviado, al verse libre
de aquellos palos.
El sexto, era el día clave. Con su pequeño cuerpo invadido por el
terror, respiro profundamente y pensó: a por él. Empezó
a mirarlo como pidiéndole perdón, se fue acercando poco a poco, empezó a
acariciarlo por el cuello y el lomo. El
burro, perecía agradecerle todas sus caricias.
Fue quitándole las ataduras poco a poco y una vez libre, siguió
acariciándolo, hablándole despacio, contándole el porqué lo había hecho. Luego trajo de la cuadra un barcao de paja
para que comiese algo, llenó de agua un esterquero y se lo puso dentro del
almacén.
Y por fin llegó el día.
.-bueno, que Felipe, ¿estás preparado?
.-si señor
.-que vengan todos a ver el espectáculo
Don Esteban, cargó su escopeta con
bala de posta para jabalí y la puso bajo su brazo
.- ¿y la
escopeta?
.-si lo veo hacer un movimiento extraño, le
salto toda la sesera de cuajo
.-pero si no
pasa nada
.-si te ocurriese algo, no me lo perdonaría
en la vida
Abrió la puerta y lo llamó desde fuera.
Era increíble, salió despacio y se fue derecho a él cojeando un poco.
.-ahora aquí
quieto bonito
.- ¿Qué has hecho con él?
.-por favor,
que nadie se acerque
Cogió una escalera de tijera que se
usaba para el engrase de la maquinaria y
la puso junto al borrico. Fue subiendo peldaño a peldaño, hasta llegar a la
altura del lomo y montó en él.
.-Don Esteban, lo he conseguido y el burro es
mío. Lo llamaré de nombre Bonito
.-un trato es un trato, pero bájate ya de
ahí
.- ¿se lo dije
o no?
.-por curiosidad, ¿y si llegas a perder?,
¿Qué habías pensado para sacar dinero de un animal muerto?
.-la respuesta
queda para el próximo trato
.-valiente cabroncete, bien me la ha jugado
.-le prometo
que pronto lo sabrá, pero no ahora
Ató al cuello del burro un cacho de soga
y se lo llevó andando a casa.
.-madre,
padre, mirad lo que traigo, se llama Bonito, ¿a qué os gusta el nombre que le
he puesto?
.- ¿entonces, aceptó el trato?
.-no, no le he
dicho nada, mañana empezaré a pactar con él, el precio de los troncos de los
almendros
.-tira y llévale ahora mismo el burro
a Don Estaban
.-que me lo ha
regalado, es mío, le habré caído bien por algo gracioso, ¿Qué quieres que yo le
haga?
.-yo te mato malandrín, ya puedes
contar la verdad
.-vale, se lo
he ganado en una apuesta
.-cuéntame todo hijo, tu padre no sabe lo
listo que tú eres. Es un buen hombre, pero algo bruto, demasiado
ha pasado para darnos de comer a diario dejándose el sudor y la vida entre los
terrones de tierra trabajando de sol a sol.
.-ahora hay
que darle de comer bien a Bonito y dejarle descansar unos días, luego será uno
más a trabajar
Después de contarles todo en la cena:
.-pero eso no se hace hijo, pobre Bonito
.- ¿y que
querías que hiciese?
.-estás castigado por salvaje, eso no
lo hacen ni las bestias
.-está bien,
tenéis razón, ya sé que no lo debería haber hecho
.-en realidad hijo, no me esperaba esto de
ti
.-se que está
mal, creo que esta vez me he pasado
.-bueno al fin y al cavo ya tenemos burro
.-saltó el otro bestia, me dan ganas
de soltarte un sopapo a mano abierta
.-además dijiste que le
perdonabas el castigo si lograba el trato y encima lo ha sacado gratis
.-da igual,
este castigo me lo merezco
.-bueno un trato es un trato, quedas
sin castigo, pero nunca más maltrates a un animal de esa manera
.-que te quede claro que me has decepcionado
mucho las cosas se logran de otra manera o no se consiguen da igual, nunca,
nunca más vuelvas a defraudarme
.-te lo
prometo madre
Pasaron unos días.
.-Don Esteban,
mi padre y mi hermano van a arrancar unos almendros
.-pues que los arranquen
.-si pero… ¿a
como le paga la madera de los troncos?
.-pues depende del peso
.- ¿pero a
cuanto el kilo?
.-limpios a 20 céntimos
.-digamos que
a 30
.-yo no regateo, dile a tu padre que a 20
.-a 25 y le
digo algo que quiere saber
.-prefiero no saber nada, con tigo siempre
se sale perdiendo
.-que pena, yo
le iba a contar como sacar dinero con el sacrificio de un borrico
.-de acuerdo a 25, pero un animal muerto,
¿Qué va a valer? nada, como no sea el pellejo
.- ¿y quién
está hablando de un animal muerto?
.-ya me estás liando, o haber vendido una
fiera viva, ¿Quién lo iba a comprar?
.-escuche: un
burro tierno se sacrifica, después se llama al carnicero del pueblo de al lado
y despiezado luego él, lo vende como rosquillas. Se lo digo con certeza, seguro
créame no será ni el primero ni el ultimo, si lo sabré yo
.-valiente bastardo de siete padres y nos
lo vende como ternera
.- de la más
tierna, exclusiva solo para gente pudiente, los pobres, no nos podemos permitir
esos lujos
.-nada, pues hecho, dile a tu padre que a
25 céntimos pero que no diga nada a nadie, el precio es para todos igual, si le
preguntan a 20 y el tronco bien limpio
La familia estaba sentada en el corral.
.-padre,
adivina adivinanza, ¿a cuánto nos paga el kilo de almendro Don Esteban?
.-ya he preguntado, a 12 en bruto y a
20 el tronco limpio
.-ja, ja, esto
no lo debe saber nadie pero los tuyos se pagan a 25 en limpio
.-ya has vuelto a armar alguna, de esta
te cuelgo
.-tranquilo,
de esta vez solo le he revuelto un poco el estomago, se va a acordar de hoy
cada vez que se dé el lujo de comer ternera tierna.
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