sábado, 30 de agosto de 2014

Interactiva cap.4º

Interactiva cap. 4º 
            Llamó devolviendo la llamada a ese número:
     .-sí dígame
                (Enseguida le pareció reconocer esa voz por su exagerado acento canario, ¿sería aquella entrañable y confidente?, su fiel “M.A.”  Idaira;     de la que no había vuelto a saber nada desde aquel día.  ¿Pero que querría ahora?
.-hay una llamada perdida en este teléfono
      .-perdón, me pensaba que era el número de Enrique
.-sí, sí.  Este es el móvil de Enrique, ¿quieres le dé algún recado?
      .-si fuera tan amable decirle que este es mi nuevo número, es que me han robado
el móvil y he dado de baja la SIM. 
.- ¿pero de parte de quien?
     .-dígale usted, que soy Idaira
      (Al confirmar su identidad con aquella linda voz de mosquita muerta,  parecieron darle retortijones en la barriga)
.-vale yo se lo digo, perdona que te deje pero como que nos acabamos de duchar y aquí en el comedor desnuda me estoy quedando helada. Adiós.
    Cortó la comunicación con una satisfacción interna.
.-hala maja, ya tienes con que darle a la húmeda.
     Llegó Pipi y le contó lo ocurrido.
      .-eres muy mala tía, mira que si la pobre muchacha estaba interesada en él
.-pues que se joda, seguro que si anda con alguna de mis antiguas amigas, mañana lo ponen al orden
      .- ¿y cómo se te ocurrió decirle lo de que estabas desnuda?
.-de joder, joder a gusto
      .-pero este número, lo conocerán todas
.-ya, y se reirán de mí por decirlo, pero mientras se dan cuenta soy yo quien se ríe de ellas. Pensándolo bien, en cuanto que encuentre trabajo voy a cambiar de número
     .- ¿y por qué no, mañana mismo?
.-porque la factura de este, se la siguen pasando por la cuenta a mi padre
      .-mala, que eres mala
.-pero he hecho una cena que te vas a chupar los dedos
       .- ¡pues traigo un hambre!
.-entonces, ¿te apetece que cenemos ya?, ¿no será algo pronto?
      .-luego nos sentamos tranquilamente a ver una peli hasta la hora de acostarnos
.-pues mira
        Abrió el horno y allí estaban aquellas dos deliciosas berenjenas rellenas con pisto de carne picada, cubiertas con besamel gratinado y dispuestas a ser devoradas.
     .- ¿Olga sabes?, casi que prefiero que no encuentres trabajo, cada día cocinas mejor, voy a tener que tomar medidas y restringirme un poco a la hora de la comida porque me estás cebando
.-ahora sí que estás guapa y no antes que parecías una sílfide de chupada que tenias la cara
      .-ya, pero el culo
.-sigues poniéndote la misma ropa, lo que pasa es que ahora llenas el pantalón
     .-nada, que hoy está la niña graciosa
.-a cenar, que si se enfrían ya no están tan ricas
    .-ummm. Buenísimas
.-gracias
           Al sofá, un ratito de televisión, una copita de vino moscatel para hacer bien la digestión y a la camita para descansar y afrontar el día siguiente.     Día en que Olga recibiría de nuevo un regalo del destino.
     (Y no lo pienso consultar con los lectores)
   Paseando por la ciudad, de pronto se fijó en un bonito edificio, donde reflejaba el sol.    Su fachada acristalada, iluminaba todos los edificios de cemento en la acera de enfrente a los que la sombra volvería opacos de no ser por aquellos haces de luz.
          Eran las oficinas de una empresa de cosméticos y perfumería.       Entró y debía ser su día de suerte; justo cuando Olga acababa de presentar su currículum en el mostrador de recepción, justo, en ese preciso instante, estaba saliendo del ascensor el jefe de personal.
      Su forma de vestir elegante y desenfadada al mismo tiempo, su cabello informal, el maquillaje harmónico en su justa medida y sobre todo esa sutileza al caminar con aquellos tacones que estilizaban aún más su figura, Hizo que ese señor se decidiese a llamar su atención un poco antes de que cruzase de nuevo la puerta del edificio.
         .-perdone señorita
.- ¿es a mí?
         .-sí, ¿le puedo atender en algo?
.-solo he venido a presentar mi currículum
         .-  ¿le importaría esperar un momento por favor?
     Se acercó al mostrador y la empleada le dio la hoja recién registrada.  Después de leerla atentamente, se dirigió de nuevo hacia ella.
        .-licenciada en arte;   máster en estilismo, diseño y publicidad.   Justo es usted; la persona que estábamos buscando,      ¿Tendría algún inconveniente en trabajar como agente de ventas y visitar a nuestros clientes para presentarles nuestras novedades?
.-estaría encantada
        .-es un trabajo duro y hay que desplazarse
.-yo no tengo coche, aunque sí carnet de conducir
       .-eso no es problema, para eso están los vehículos de la empresa, por su puesto de alta gama
.-vale (con cara de sorpresa y sin saber que contestar)
        .- ¿le parece si cenamos esta noche?
                (Eso empezó a olerle a chamusquina)
.-lo tendré que consultar
       .-puede venir acompañada por su pareja, esto solo es una entrevista de trabajo, no pretendo tontear con usted; de hecho acostumbro a ir siempre con mi esposa
.-entonces de acuerdo
        .-bien; en el restaurante  “El Sombrero” a las nueve en punto, está en la calle Jorge de ciénaga, esquina con Adoratrices;  verá que agradable es el dueño.
.-lo conozco, allí estaremos
          .-un punto más a su favor
           Tanto en el camino de vuelta en el autobús, como haciendo la comida, no podía parar de reírse, pensando en cómo se tomaría Pipi, el que la presentara en la cena como su pareja.  Era la mejor forma de evitar un posible amago de acoso laboral en el futuro.
.-Pipi, que bien que has llegado
       .- ¿Qué pasa?
.- he encontrado un trabajo magnífico
       .-que bien
.-esta noche tengo una entrevista, todavía no hay nada cerrado
      .-qué raro, ¿por la noche?
.-sí, pero hay un problema
       .- ¿Cuál?
.-que tú tienes que venir a cenar con migo
      .- ¿y eso?
.-eres mi pareja sentimental
      .- ¿Cómo?
.-que he quedado en ir a cenar esta noche con el jefe de personal, pero le he dicho que yo iría con mi pareja
      .-estás loca, ya puedes darte por despedida antes de empezar
.- ¡eh! Y que no se te ocurra contarle nada de esto a mi padre
      .-le haría gracia
.-pues no seas graciosa, hoy cuando salgas te vienes nos arreglamos y a cenar
      .- ¿me tendrás que dar algún piquito en la cena?
.-tú estás chiflada
      .-tendremos que practicar.  Bésame
.-y un jamón
       .-anda tonta, dame un besito en la boca
.-si lo sé no te digo nada; vale, pero solo uno
       .-venga ya, ¿y te creerías que iba en serio?
.-joder tía, no me pongas más nerviosa de lo que estoy
      .-ja, ja, voy poniendo la mesa; vete y lávate con agua fría, a ver si se te quita esa cara de susto
          A las nueve, las dos de punta en blanco y cogiditas de la mano, entraban al restaurante.
.-allí está, en aquella mesa
        .-su esposa no está mal, ¿y si hacemos intercambio de parejas?
.-vete a la mierda
                .-buenas noches, les presento a mi esposa Marta, ellas son Olga y su pareja
.- ella es, Pipi para los amigos y él es el jefe de personal, ¿pero cómo debo llamarlo?
                 .-Julián a secas, en la empresa me quité el don hace mucho tiempo, me resultaba algo cursi
             .-tranquila, él es así, le gusta tener una relación directa con todos los empleados
     Él, se mostraba sorprendido por el sexo de su pareja, su esposa, estaba encantada;   le aliviaba que fuera así, el mejor modo de no sentirse celosa de aquella lozana preciosidad trabajando  bajo las ordenes de su marido.
       La casualidad quiso que cerca de ellos en otra mesa, cerca de ellas, estuviesen también cenando otro par de parejas de la urbanización que vivían casualmente en la calle de sus padres.            Según Julián les presentaba la propuesta de trabajo, ellas tenían unidas sus manos por debajo de la mesa.
     Les hablo del sueldo, comisiones por ventas, horarios de trabajo, dietas por desplazamiento, etc.
           Cada vez que Pipi apretaba con fuerza la mano de Olga, era una manera de decirle ¡BIEN!
             Una vez terminada la cena y estando de acuerdo por ambas partes en las condiciones;  convinieron verse a los dos días para formalizar el contrato de trabajo en el despacho del director.    De aquella velada, los cuatro habían salido encantados.        Antes de llegar a casa, los teléfonos de la urbanización, echaban humo.     Tanto el divorcio de Pipi;    así como la negativa de Olga el día de su boda, se debía a su relación lésbica, seguramente ya desde hacía tiempo atrás, pero aquel secreto ahora se había descubierto.
              A la mañana siguiente, todos estaban enterados y como no (sin querer queriendo) antes de medio día ya había llegado el rumor a oídos de su familia
 

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