domingo, 9 de noviembre de 2014

Halago



    Mi última entrada publicada me ha hecho reflexionar.
          Alguien me ha hecho un halago y como tal me lo tomo: eres un buen escritor (ni es cierto ni lo pretendo).
     Considero que un buen escritor en aquel, que aparte de saber escribir, pone su talento, imaginación y cultura a disposición de sus lectores, para los cuales escribe.
     Ya que de talento y cultura ando un poquito escaso, añado a la imaginación, alma y corazón y simplemente comparto con mis lectores aquello que escribo para quien aún no me lee.
    La única finalidad es que esa niña, que está viviendo el lugar que le corresponde en su adolescencia. Con su mente en las preocupaciones basadas en sus primeros pasos en el sentimiento del amor y únicamente lee, lo sus estudios le exigen.       Algún día cuando a su sangre deje de afectarle la llegada de la primavera, lea lo que escribí, recuerde este momento y me conozca un poco mejor. 
             Un legado, para que pueda explicarle a sus hijos, quien era su excéntrico abuelo, inquietudes, aciertos y errores, estados de ánimo que superó y aquellos que lo desbordaron,  cal fue su lucha, cual su victoria y cual su derrota
    Quisiera que ese día, sea considerado por ellos como un sencillo transmisor de sentimientos y emociones.
     Pongo el listón bastante alto.  No sé, si lo conseguiré, pero intentaré llegar a ello.
               Qué más quisiera yo, que saber escribir, contar con un vocabulario extenso y comprensible por todos al mismo tiempo.      Pero cada uno es cada cual y adaptándome a las circunstancias, puede que logre no ser mejor ni peor, simplemente plasmar en mi diario las vivencias de manera diferente.
            Estimados lectores, gracias por leerme e intentar comprender mis interioridades, aunque muchos, no conozcáis ni mi  rostro.
       Seguiré esbozando historias, opiniones y poemas, para que esta etapa de mi tiempo, no sucumba en el olvido.

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