viernes, 7 de noviembre de 2014

Mi dueña y señora


    Y te acercaste a mi vida
Justo en el peor momento
Cuando el odio y el rencor
Eran mi único argumento,
Supiste darme la mano
Supiste guardar silencio
Mientras el nombre d otra
Era el de mi pensamiento.

    Empecé a quererte tanto
Que aquella pura amistad
Cambió sentir posesión
Por el gesto libertad,
Libre como las estrellas
Que alumbran el firmamento
Sin pertenecer a nadie
Siendo dueña del momento.

     Y se acabaron mis celos
Al mirar tú alrededor
 Eras lo único importante
Que ocupó mi corazón,
Tú felicidad la mía
Tú libertad mi prisión,
Tú consejo mi cultura
Tú deseo mi obligación,
Tú descendencia mis hijas
Y tú dios mi religión.

Para quien después de tantos años,
quiere seguir a mi lado:  ANA.



  



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