jueves, 5 de febrero de 2015

Aventura extramatrimonial



       Ese tipo de relación esporádica, sería la primera vez para ambos; los cincuentones, tenían un trabajo, pareja estable, hijos, buena sintonía familiar y en el dormitorio  sexualmente satisfechos.
           Aquella aventura, pretendía romper la monotonía por una sola tarde y después seguir con su vida.
      Cada uno, se buscó una excusa, pera no ir a comer  y no regresar a casa hasta la hora de la cena.
        Al salir del trabajo, ella, pasó por un par de tiendas, antes de ir a un centro de estética y peluquería.
       Él, recogió a los niños y los llevó a casa de su madre, ya que su mujer no podía encargarse de ellos esa tarde. Luego también, a comprarse ropa nueva y hacerse un cambio de imagen más juvenil.
            A las cinco y media, ponía sus pies en el vestíbulo de aquel hostal y se encaminaba a recepción para pedir una habitación.
    Solicitó: total discreción, una botella de champán con dos copas y que decorasen las paredes con unas flores.  Para las seis aproximadamente.
       Llegará una señora preguntando por él. Por favor le dijese que estaba esperando en el solitario bar que  se hallaba contiguo a aquel mostrador.
       Una vez acomodado en una mesa pequeña, discreta por su posición, escribió un escueto mensaje, dando el nombre del hostal y recordando la hora prevista: 18.00.
     Justo a la hora, aparecía una bella mujer. Su corte de pelo, hacia que su cutis pareciera más resplandeciente.  Aquel vestido blanco estampado con tonos azul claro y entallado dibujaba una excepcional silueta y los zapatos de tacón (manteniendo sobre ellos, totalmente rectas sus piernas al andar),  hacían realmente sublime aquella imagen que estaban viendo sus ojos.
       Él, (una persona de traje y corbata), vestía  pantalón vaquero, camiseta negra que le marcaba los pectorales y una chaqueta de pana marrón claro con coderas más oscuras.  El nuevo corte de pelo y unos cuantos  reflejos de un castaño más claro, le daban aspecto interesante.
        Ya en la habitación,  se sentaron tranquilamente en un diván junto a una mesita donde estaba la cubitera y las copas.  Brindaron casi sin mediar palabra.  Caricias, besitos distraídos, miradas sugerentes, fueron poco a poco acercando sus cuerpos;  con paciencia, sin forzar situaciones incomodas.
           Por el sonido ambiental, empezó a sonar un tema romántico.    Él, se desprendió de la chaqueta;   con una sonrisa amable la cogió de la mano y la invitó a bailar.
          Allí unidos, entre las paredes decoradas con rosas, acariciaba el delgado cuello con los labios y masajeaba dulcemente desde las cervicales hasta la cintura toda su espalda.
     El femenino cuerpo relajado,  se fue tornando en una excitación progresiva hasta que inocentemente suspiró, lo abrazo con fuerza y clavó las afiladas uñas, a la altura de los omóplatos.
            Ella se dejo caer en la cama; el tiempo parecía no avanzar, se fueron desnudando el uno al otro, con cruel lentitud, utilizando los labios y dientes para despojarse de todo aquello que no fuera carne.
       Todo parecía ser, un deslizarse por un sueño idílico, aderezado por la pasión escalofriante de la infidelidad.  Sus pechos se movían apasionados, mientras a su vulva empapada parecía faltarle la respiración; mientras él susurraba palabras de gozo y con sus manos la sujetaba por su delicada cintura.
     La aventura terminó, cuando salían de la habitación dejando tras aquella puerta las rosas de la pared, como únicas testigos de aquel momento, las agujas del reloj marcaban las diez.
      Ella volvió a casa a preparar la cena.         Él se acerco hasta casa de su madre a por sus hijos, allí se cambio de ropa y también regreso a casa.
      Ambos, después de cenar, acostar a los niños y subir al dormitorio con la intención de dormir en silencio.  Se miraron y sonrieron al recordar la mirada indignante de estupefacción que había puesto el recepcionista que la conocía a ella de verla sin saber si estaba casada o con quien y la sorpresa de la camarera del bar;     que justo esa misma mañana había estado en la oficina donde él trabajaba, para tramitar unos documentos.
  …….-cariño, esto habrá que repetirlo.
…………-estoy de acuerdo.

imagen de la red



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