Deposita suavemente
sobre tu húmeda lengua
uno, tan solo uno,
de estos pétalos rosados
que sobre mi tumba flotan,
su hiel, amargo sabor,
te dejará en la
garganta
el gusto del
desamor,
solo para que repares
en lo que he sentido yo.
Aquí yace mi sonrisa
labios de rojo
carmín
que tantas
veces chocaron
con colmillos
de marfil.
Mis pupilas ya
no fluyen
mi llanto se ha
evaporado,
las nubes son ahora dueñas
de las lagrimas vertidas
por desengaños
pasados,
Mi alma ya no quiere rimas
inciertas y
embaucadoras,
solo pide
sentimientos
sinceros, una oración,
un susurro de
tus labios
que salga del
corazón.
Si me has de decir.. Adiós,
dilo, que te
escuche yo,
y me adentraré
en la nada,
desojando aquella
rosa
que un día me cautivó.
Y si has de decir.. Te quiero,
dímelo en prosa
sincera,
que palabras
enlazadas
con los nudos
del amor.
por muy frágil que
sea el hilo
jamás ni el
diablo rompió.
.
Una idea de Isabel San José.
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