viernes, 22 de mayo de 2015

Una cima que alcanzar


     Hoy ando serenamente,
Sin prisas, sin eufemismos,
Con ilusiones perdidas,
Y la mirada en el alma
De personas entrañables,
Las que considero amigas.

    Soñando cosas hermosas
Que hacer en su compañía.
Un paseo por el Huecar,
Cruzar el puente San Pablo,
Un buen apretón de manos
Al llegar la despedida,
Y despertar con la imagen
De un atardecer sublime
Entre pinachos y rocas
De esa mi Cuenca querida.

     Por esta, la piel de toro
Que muchos llaman España
Personas desperdigadas,
Norte, sur, este y oeste,
El que no estén junto a mí,
No me impide ser querido,
Ni quererlas y ayudarlas.

     Y gentes nacidas lejos,
Al otro lado del mar,
Que me regalan sus versos
Para poder deleitar
Las noches tristes y opacas
Cubiertas de soledad.

       Mi meta es el más allá,
¿Cima que alcanzar?... La muerte,
Mi único premio el olvido,
O tal vez… sea el recuerdo,
De aquel que por un error,
Un despiste en un descuido
Se encuentre con mi legado
Y lea lo que yo escribo.
Una historia, un poema
De este irónico diario,
Que esconde tras bambalinas
Todo lo que ya he vivido,
Todo lo que yo he llorado.






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