A la hora de nacer
De nombre, pusieronte Rosa,La rosa de Alejandría,
Que su palidez convierte
En lucero de mis noches
Cuando finiquita el día.
Y explicita alevosía
Buscaba color pasión,
Pero apareciste tú
La flor aterciopelada
Posada en aquel rincón.
Mi voluntad, secuestrarte
Y así ponerte en mi almohada
Para estar al lado tuyo.
¿Cómo apartar de su “luz”
A esa bendita rosa?
Tu reflejo será el brillo
De mis ojos observando,
Tu perfume mi alimento
¿la locura?.... mi descanso.
Imagen cedida por Carlos Morcillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario