martes, 30 de junio de 2015

Por favor.. Ódiame

     Si te alejases de mí,
no quiero tu compasión,
mejor que te lleves todo,
los recuerdos más amargos,
los improperios vertidos
en momentos de rencor,
el almohadón que lloramos
en  aquella habitación,
me podrás roer los huesos
pero no mi corazón.

     El fondo de tu maleta
esté cubierto de lodo
y tu ropa del hedor,
que supuran las heridas
que camino nos dejó
y la gangrena te coma
las entrañas con furor.

     Y a la hora del adiós,
te miraré fijamente
y reiré a carcajadas,
para que te falten crines
donde agarrar tu caballo
y no dejes de trotar,
hasta que el viento te lleve
al otro lado del mar.

     Amarrado seguiré
de árbol como zarigüeya
con las pupilas saltonas
ironía en la sonrisa,
con el alma carcomida
por huracanes infames
que antaño fueron mis brisas.
     Solo quiero que me odies
como jamás nadie odió,
que por mí, no sientas pena
ni por tu ventana asome
la  caridad del perdón,
el odio será mi premio
pues no hay odio sin amor,
tanto que te sigo amando
en la cuna del dolor.

     La  temida  indiferencia
que nunca acuda a tu mente,
para decirle a los vientos
que me amaste locamente.





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