martes, 2 de junio de 2015

Tirano

 

      Te parieron de al revés
De cómo nace la gente,
Tu infancia, la prepotencia
Tu adolescencia, una farsa
La juventud, desconsuelo
Para tu padre y tu casa.

       Después de casar con rica,
Hija y única heredera,
Pisoteaste el imperio,
Que había creado un señor
Con trabajo y sufrimiento.

       Hoy inmensos nubarrones
Cubren el cielo del pueblo,
El sol permanece oculto,
Por no ver a tus lacayos
Sin un brillo en su mirada,
Estómagos, muertos de hambre
Con la cabeza agachada.

      Las nubes no han de soltar
Ni un rugido, ni una lágrima,
Por quien no supo llorar
Ni la muerte de su amada.

       Ahí queda esa, tu estirpe,
Para seguir con tu ejemplo,
Tropelías, desenfrenos,
He ir a rezar al templo,
Donde no debiste entrar,
Del que también, eras dueño.

       Solo entendiste en la vida
De reverencia falseada,
Por un cachito de pan
Que hacía falta en la mesa,
La mesa de cualquier casa.

      Tú ya naciste sin alma,
Como llegaste te vas,
Con los pies para delante
Ni el diablo te esperará,
No tienes nada que darle
Que le pueda compensar,
Dar cobijo a ese tirano
En una de sus mazmorras,
Cuando hay almas que comprar.

     Aquí quedas, bajo tierra,
Para sufrir la agonía,
Ojalá no haya gusano,
Que quiera tu compañía.

 

 
imagen cedida: Sole Martinez (Cuenca)

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