Una vez confirmada mi falta de cordura.
Mi modo onírico (que no irónico) de describir un escenario, Esa irreversibilidad
a la hora de juguetear con esos tiempos pasados conceptos. Paso
a describiros la realidad del recuerdo que sedujo me mente y fue el
desencadenante de:
Contrapunto
y fuga de una trílogy…
Corría el año 1974. Los
defectos y virtudes, complejos y ansias de vivir, convivían en un ser enjuto e
introvertido, que se refugiaba en su
habitación junto a sus letras y sus músicas, a las que le contaba todas sus
experiencias a modo de diario.
De su interior, comenzó a fluir un
sentimiento, que quiso denominar amor.
Sus letras cantaron al sol. Las
notas, se convirtieron en complacientes melodías y sus días pasaron a ser, las noches
de inspiración interminables esperando ansioso la llegada de la tarde del jueves, para vivir
algo divino, hermoso con lo que soñar… tres horas bastaban junto a su amada.
Tras un año de sueños infundados, a su
puerta llamó el desasosiego. La
impotencia de no poder reprimir el odio hacia sus propios sentimientos, le hizo abrir las alas para surcar los
cielos, buscando un nuevo arroyo limpio y fresco donde calmar su sed, un
paisaje distinto donde recrear su vista y una almohada extraña, donde dejar
reposar sus sueños.
Tras venturas y desventuras. Amores y desamores. Caminos empedrados y
alfombras de verdes praderas… encontró
aquello que se parecía a lo buscado:
Un paraíso terrenal.
Como ya está escrito desde tiempos
inmemorables, debido a la no renuncia
al fruto prohibido, nuevamente fue expulsado de él. Volviendo de regreso al atardecer interminable
de sus complejos. Tinieblas. Compañeras
con quien compartir su única posesión en la soledad. La que Siempre estuvo a su lado y por nada
renunciaría a ella. (Su Música)
Las luces y las sombras dieron paso a la
tormenta emocional y como es de recibo,
tras la tempestad, vino la calma. El paraíso de de sus sueños, apareció sin
quererlo ni buscarlo ante él.
Según
pasaron las semanas, meses y años, pudo observar, que ni sus mejores sueños, ni alucinaciones más sublimes producidas por
ciertos excesos cometidos, tenían comparación con tal belleza.
Después de pasar los tiempos, cuando el
agua clara permanecía en un remanso. U n
número desconocido apareció en mi móvil.
Descolgó para contestar sin saber porqué,
(normalmente nunca lo hacía)
Reconoció su voz después de tantos años,
era ella, se recordaba tal y como era entonces, echaba de menos a aquel, el que
aún… por suerte sigue existiendo en sus adentros. Solo pretendía su amistad y hablar de vez en
cuando, pero…. Aunque nunca la olvidará. Ni
tan siquiera pretenda renunciar a mis recuerdos, prefirió no mirar atrás.
Este es su paraíso, su mujer, sus dos
hijas. No iba a permitir que lo que quedara reducido
a unos dígitos en la insigne tarjeta de memoria de un teléfono, pudiesen acaso hacer tambalear su barca,
sembrando la más mínima duda.
Si se hubiese limitado a decir: hola. Seguro
la habría intentado visitar en cualquier ocasión, para ofrecerle su apoyo,
darla simple y llanamente un abrazo de amistad y conocer a su familia,
pero así, aún sintiéndolo mucho. NO. Aunque le grite:
AHORA; ¡OLVÍDAME
TÚ, SI PUEDES!
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