miércoles, 19 de agosto de 2015

Valdeluna. pre.- 5



      Mirad, se acerca Andreíta, la moza mayor la llaman, siempre sonriente y de buen talante, de jovencita, ya apuntaba maneras, nunca fue casada, no convivió con varón bajo el mismo techo, aunque eso no quita, para que tenga cuatro hijos: el mayor Bernardo  luego va Octavio  después Leopoldo  el pequeño Andrés   y esté de nuevo embarazada.
     Jamás revelo la paternidad de ninguna de sus  críos, tal vez por no crear conflictos o simplemente, por no saber con seguridad de cuál de todos era el artífice.
    Trabajadora, como la que más y a la hora de  bromas y contar chascarrillos no hay quien le gane.
            Las mujeres la aprecian y disculpan, saben que lo que le sobra de vicio, le falta de cordura y lo que le falta de  prudencia le sobra de humanidad.
      Si alguien necesita algo, ahí está ella al pie del cañón  siempre dispuesta. Para pasar la noche en vela y ayudar a nacer, la mejor partera.  Si hay que calmar los nervios del hombre en el quicio de la puerta, también.   Lo que haga falta.
      
       Nuestro amigo Gorgonio, que es un avivado truhán y quedó viudo hace años, le hace gestos y señales, a los que Andreíta, parece no hacer ningún caso.
        En un visto y no visto, se encuentra apoyada contra un gran pellejo de vino con las sayas hacia arriba.  En un santiamén; apañao.  Andreíta, sale andando calle abajo,  como si nada hubiese pasado.
       Gorgonio por su, parte después de darle desahogo al cuerpo, se cree merecedor de un buen trago, para no perder la costumbre, más que nada, por no  hacerle un feo a su estomago.
              Cuando sale a la plazuela, se encuentra con los gestos señaladores y  risas burlonas de la muchachada.
    Su mente turbia, no ha reparado en detalles. Con premura se sube el pantalón a la altura de la cintura y hace un nudo en la cuerda que lo ajusta para que no se caiga.   Con prisa busca la vara y todos corren gritando entre carcajadas y frases socarronas.

    La señora Petronila (la tía vinagre;  bajita de estatura y enjuta de carnes.    Con el alma a rebosar por el genio, que debía de haber sido repartido al menos entre diez).
       Se ha percatado de la algarabía formada en la plaza.
Espera paciente tras la esquina a que pasen corriendo. Sacando con picardía la punta del pie, hace tropezar al que toma la curva más cerrada, que en la carrera, cae de bruces contra el suelo.
       Después de propinarle una soberana “coz” con la parte interior del zapato en los glúteos, lo agarra con fuerza de una oreja, para que no se le escape.        Casi suspendido en el aire, apoyando levemente los pies en el suelo;     el muchacho es encaminado a su casa, para que dé explicaciones de su aptitud ante sus padres.
     Los aullidos del zagal, hacen salir a las gentes de sus casas, para ver la secuencia tantas veces repetida, con la misma protagonista y un actor secundario, diferente en cada toma.
Al contrario que Andreíta, la tía vinagre nunca fue santo de la devoción de nadie del lugar, su áspero carácter y atrocidades prepotentes cometidas hacia los menores, jamás fueron bien vistas. Pero siguen mordiéndose la lengua….        Por no discutir.
     Asomado tras la pared se sonríe Gorgonio. Que jodío, es al único que parece hacerle gracia lo que sucede.

      Antes de que el otoño cubra de hojas el suelo, he de presentaros o otros, que también tendrán su momento de notoriedad o serán nombrados.

                Una niña, de ojos bizcos,  gesto desagradable y facciones no muy agradables de observar.     La llamada sin nombre.         Hija de Tercio, un señor tuerto, que al parecer siempre gastó malas pulgas, enfadado con toda la gente, la vida y el mismo.
     Su mujer falleció debido a una infección que desde el parto en su lecho arrastraba,   un mes después de nacer la criatura.   En consecuencia y Como venganza, se negó a ponerle mención a la pequeña.

(Hombres)…Lucro, Segismundo,  Liberto, Diógenes.
(Mujeres)… Celsa, Aproniana, Virtudes, Restituta.
(Niños)…  Marcelo, Lisardo, Modesto, Hipólito.
(Niñas)… Flora, Luna, Zoila, Herminia.


   Como habrás observado, estos son los personajes más o menos relevantes que intervendrán en la historia.
            ¿El actor principal?….      El pequeño pueblo de VALDELUNA.

       Las cumbres empezarán a teñirse de blanco, aquel que haya pensado en algún momento en abandonar el lugar, deberá esperar noventa puestas de sol, hasta el nuevo solsticio.
 Los ojos del soñador alado, que  ha estado observando, cerraran sus pestañas y dormitarán;    invernando hasta que la primavera de nuevo, deshaga el hielo y el calor del sol vuelva a iluminar sus campos.

  Entonces tras diez lunas de gestación, volverán a oírse los llantos de los recién nacidos, que junto a los floridos campos balanceados por el viento, el ruido del torrente avanzando arroyo abajo y el canto dulce de los jilgueros en bandadas, darán vida de los nuevos amaneceres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario