viernes, 27 de noviembre de 2015

Amor de otoño



    Las hojas ocres y ámbar
ponen alfombras al suelo,
el paseo solitario
se hace dueño del silencio,
de las gotas de rocío
la niebla que empapa el cielo,
del crujir bajo sus pies
el letargo en movimiento.

    Deje de silbar el aire,
que el frío detenga el tiempo,
por estrechas callejuelas
debo recobrar aliento,
para encarar esa cuesta
tortuosa como un sarmiento,
que ha de llevarme a los muros
donde he de abrazar al viento.

    Montado sobre sus lomos
he de dirigirme lejos,
más allá del horizonte
al mundo de los consejos,
un bosque de aspecto anciano
en que descansan los viejos.

    Junto a los sauces llorones
que acarician con sus ramas
las claras aguas del río,
escucharé los cantares
de los musgos que amanecen
en un tronco mal herido,
y los convertiré en versos
que recitarle al oído,

    Después de tan largo viaje
por no escribir lo pensado
se me olvidó el desafío,
y me quedé paseando
sobre el rugir de las hojas
bajo la colcha del frío.
  Se me quebró la esperanza
al tiempo que el corazón
sollozaba su latido.
  Mi alcoba quedó vacía
pues no encontré las palabras
para decir lo más simple…
…cuanto te quiero amor mío.





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