domingo, 10 de enero de 2016

Que PAZ...




Doblan las póstumas campanas
en honor a una extinta trayectoria,
el fuego, reduce a cenizas la materia
prueba de la existencia,
y el humo es llevado con suavidad
por la brisa del olvido.

Sentir el no sentir
sumergido en un sueño sin sueños,
en un más allá imaginario
inventado en el acá,
en la nada, que ni tan siquiera hay nada.

La ausencia de paz
es solo ausencia,
porque hasta la paz
está ausente.




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