martes, 15 de marzo de 2016

Precaución



     Durante la noche,
solo un resplandor de luna
invade la oscuridad,
en espejo reflejada
alumbraba mi desvelo
envuelto de soledad.

      La sombra se hizo presente
cuando despuntaba el alba,
bendita negra silueta
del marco de la ventana,
pues sin luz no existe sombra
que se acomode en mi almohada.

     Rayos de sol acarician
las sabanas de mi cama,
su gran luminosidad
me hace cerrar las pestañas,
el cuerpo se despereza
recibiendo la mañana.

     Un árbol tras los cristales
parece expandir sus ramas,
pájaros revolotean
entre sus hojas y flores
y mis pupilas convierten
los grisáceos en colores.

     Batas blancas sonrientes
entran en la habitación,
todo parece perfecto
me da la mano un doctor.
…- Cuidado con el volante,
no tenía todas con migo
cuando a quirófano entró.

     No siempre se llega a tiempo,
un segundo es una vida,
las cicatrices que quedan
difícilmente se olvidan,
y nuestros seres queridos
jamás cierran esa herida.

     Mejor viajar con cautela
que acompañados de prisa,
pues llegar, es lo importante,
y poder ver en sus caras
florecer una sonrisa.



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