jueves, 28 de abril de 2016

Una gota de agua


     Ahora  que el agua
  recorre las laderas,
  ahora que en los valles
  jilgueros revolotean,
 ahora que los prados
 rezuman la primavera,
 acaba el lluvioso abril
  y sé que mi escrito esperas.

      Naciste llena de luz
  como tu nombre Lucía,
  tus primeras notas fueron
   flautagua, tu melodía,
   y esa gota que susurra
  tu frescor y tu alegría.

      Aunque no haya para pan
  nunca a ti te ha de faltar
  mi beso de buenas noches,
  las caricias de mis manos,
  ni un papel con unas letras
  el día de tu cumpleaños.

     Dejando sola a la noche
  yo por ti robé la luna,
 el perfume de las flores
 con esmero recogí,
 todo metido en un frasco
 con mi vida lo fundí,
  para hacer este poema
  y regalártelo a ti.

      Se eclipsa la luz del sol
  cuando tus ojos me miran,
  eres el rayo  de vida
  que me cubre con su manto,
  eres mi niña, Lucía,
  por eso te quiero tanto,





1 comentario:

  1. Nada más sagrado y sublime que un hijo. Un abrazo querido amigo Carlos. Hermosos todos tus poemas.

    ResponderEliminar