miércoles, 31 de mayo de 2017

Tormenta




    Era una tarde del caluroso verano.    En la casa del pueblo. Esa de paredes de piedra cubierta por un manto de yedra y tejado de pizarra sobre cobertura de cañizo.   Esa casa tan fresca, que en su interior no estorbaba la rebeca fina de lana.

   La abuela junto a la ventana, leía lindos cuentos, escritos en un cuaderno en blanco a su pequeña nieta.       El cielo se vistió de negro, un estruendo rugió haciendo temblar el suelo y las gordas gotas comenzaron a caer.       Por un momento cerraron los ojos para aspirar aquel dulce olor a ozono.   La calle se llenó de grandes charcos.       Sus brillantes miradas  se cruzaron y con un salto inesperado se levantaron de sus asientos y salieron a saltar sobre ellos, entre los gritos de la madre: .- ¿pero no te da vergüenza?  No sé quién es más cría de las dos--…..   .- Ja, ja, ja, A mi no ¿y a ti no te da envidia?.  

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