miércoles, 5 de julio de 2017

Cargamento "11"



 .- oye, tengo una pregunta ¿y de los cargamentos, nunca os quedáis con nada?
     .-no, para qué
.- ¿ni tan siquiera abrís las cajas?
     .- no te entiendo
.- aunque solo sea para saber lo que hay dentro
    .- sabemos lo que hay. Si está en cajas pesadas armas y si viene en fardos droga, siempre es lo mismo
.- pues eso ¿Qué si no os quedáis con nada?
      .- todos los que estamos aquí hemos tenido algo que ver, con alguna de esas dos cosas.   Lo único que nos han traído ha sido la desgracia a nuestras vidas. Ahora llegan a nuestra bodega y según vienen se van. Es nuestro modo de vida pero nada más
.- sois una gente muy rara
      .- el portar un arma o consumir drogas, solo traería conflictos. 
.- bueno, visto así
     .- así es como hay que verlo, si se quiere vivir en paz.
.- vamos a dormir que antes de que amanezca hay que recoger.
    A media noche, Samuel se levantó a ver cómo iba la cosa. Hacía fresco, bajo a los camarotes y subió unas mantas.  Primero tapó a Weza (este ni se enteró) luego se acercó despacio a las hamacas y con mucho cuidado puso una manta sobre cada uno de ellos.  Según se alejaba oyó un susurro agradecido – Gracias musaso – Esas palabras que no esperaba, las recibió como un preciado regalo y con una mueca de felicidad en su rostro volvió a dormirse.
        .- vamos Samuel que ya está amaneciendo
.- uf, me he quedado sopas
      .- a ver qué tal se ha dado, ya tengo ganas de verlo
    Desplazaron la punta de la grúa hacía el exterior y comenzaron a enroscar cable. Los dientes de la trócola castañeaban con alegría hasta que media red estaba fuera del agua  - De pronto –
       .- oye, esto pesa demasiado
.- me parece que tenía que haber hecho una red más pequeña
-Tayyeb bajó de su hamaca –
             .- vamos Abbud, el musaso tiene problema
                .- dinos resucitao ¿a que ayudar?
.- creo que podemos controlarlo, una vez que esté arriba del todo, tiramos hacía dentro  con fuerza y que salga el sol por donde quiera
                .- no entiendo, tirar sol donde
     .- vamos ahora, los cuatro con fuerza
        -dejándose los dedos en las cuerdas de la red,
 lograron que la mitad estuviese a bordo –
.- seguid tirando, voy a aflojar la pluma
     .- ja, ja, estos ya son nuestros
           .- musaso es listo
.- ahora el último esfuerzo, una dos y…
          A la cuenta de tres el resto de la red cayó en cubierta y al aflojarse la boca de aquella nasa, los pescados corrían como agua vertida de una zafra.
 Mientras los tres miraban y reían, Weza parecía haberse vuelto loco.  Corría entre los peces con los ojos abiertos como luceros y con sus grandes manos los iba atrapando uno a uno gritando  - Este para mí. No este. Mejor este ¿y ese? Vaya cachalote. Ese, ese para mí.




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