martes, 11 de julio de 2017

Injusticia "17"




           La tarde caía, ese día el Bahamas parecía un barco fantasma, ni un ruido, ni partida de cartas, ni siquiera la comida o la cena habían sido servidas.   Todos acostados, ocultos en sus camarotes recordando cosas que ninguno quería recordar, imágenes turbias de un tiempo pasado que había dejado de atormentarlos y ahora regresaban a sus mentes.
     Samuel esperaba paciente junto a la barandilla a que la noche cerrada le marcase el camino de su penitencia. Las hamacas ya estaban atadas.  Tayyeb y Abbud  de pie junto a ellas, cuchicheaban mirando hacia el sitio donde estaba Samuel.
     .- musaso, tú ya bajar a camarote
.- no tengo sueño
     .- yo decir que bajar y tú hacer caso
.- estoy mirando al mar, luego bajo
     .- el mar no solución, la noche mala consejera
.- la noche al menos me escucha, vosotros no
     .- calla y baja a dormir, mañana yo oír lo que tu querer decir
        Samuel se bajo a los camarotes. Recorrió todo el pasillo hasta llegar al de Weza, estaba vacío ¿Dónde estaría escondido? ¿Habría abandonado el barco sin decir nada? No, él no era así.
        Se echó en su camastro y al rato quedo dormido, derrotado por la impotencia y de nuevo fue atacado por las gaviotas.  Intentó quitárselas de encima una y otra vez,  se despertaba aterrorizado y al volver a cerrar los ojos, los pájaros volvían a atormentar sus sueños ¿Qué querrían decirle?  Un enigma imposible de descifrar.
   Unos pasos recorrían el pasillo hasta llegar a la puerta de su camarote. Sus gritos de sobresalto habían roto el sueño  de Guzmán, que con cuidado se asomó a ver qué pasaba.
        .-  ¿Qué te pasa?  ¡Eh resucitao! ¿Te pasa algo?
.- no, solo es un sueño
      .- venga duérmete que mañana va a ser un día largo
.- oye Guzmán, hoy has cometido una injusticia
     .- ya te dije esta mañana que no quiero hablar de ese tema. Olvídalo.
 .- al menos dime donde puede estar Weza
       .- tú siempre dices que es como un genio, pues busca la lámpara y frótala.  Ahora a dormir.
      O todos eran muy listos o él era muy tonto ¿porqué no podían hablar claro? ¿A qué escondrijo del barco le llamarían la lámpara? Sería una frase tonta de Guzmán.
 Subió de nuevo las escaleras sin hacer ruido.  Entreabrió la puerta que daba a la cubierta y salió con sigilo para no despertar a los árabes.
    Allí, apoyado en la barandilla sabía que con solo tocar un bote, estos se despertarían.     Tan solo un chaleco, le daría la oportunidad de no fenecer en el intento.
    La playa  del pequeño islote no estaba demasiado lejos y en tierra firme ya se las ingeniaría para sobrevivir.
     En la red había los suficientes corchos para fabricarse uno.       Decidido; Bajaría a la bodega y en silencio haría una larga  cadena flotante con la que envolver su pecho y antes del amanecer ataría un cabo a la barandilla por donde descender sin ser visto y así no hacer ruido al caer al agua. Cuando despertasen, él ya estaría oculto entre la vegetación.



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