jueves, 20 de julio de 2017

Nueva Vida "26"





      Al hotel entraron por la puerta de atrás y subieron a su habitación en el ascensor de servicio.
      .- yo que vosotros, me pondría el albornoz si llamáis al servicio de habitaciones.  Todo está pagado, mañana se os traerá ropa con la que no desentonar.
              -El chófer se fue sin más explicaciones-
.- este tío en imbécil
        .- un poco sí que parece
-oyeron voces en el pasillo, se asomaron discretamente-
       .- puf, no me extraña, que lujo. Si nos ven con estas pintas, directamente nos echan o llaman a la policía
.- nos damos un baño, nos vestimos con el albornoz en plan cómodo y llamamos que nos traigan algo, tengo el estomago pidiendo algo a gritos
     .- fíjate que cacho camas, televisor, mueble bar. Esto tiene que costar una pasta
.- tú investiga, yo voy a bañarme
     .- luego voy yo
.- mira Weza, esta bañera es más grande que un bote del Bahamas. ¿Para que serán tantos frascos? Champú, gel, sales,
    -una vez aseados y bien afeitados, leyeron la carta que había sobre las mesitas-
.- aquí no hay quien se entere
     .- ¿Qué te apetece?
.- unos huevos fritos con chorizo
      .- no fastidies, algo más chic, espera ya llamo yo
                 -weza descolgó el teléfono-
.- quieto, ¿cuál es el número de habitación?
       .- no sé, sal al pasillo y lo miras
.- quinientos doce
       .- vale.    ¿Servicio de habitaciones?       Suban a la quinientos doce dos revueltos de setas con gambas, un solomillo a la pimienta y merluza en salsa verde
          .- ¿algún vino en especial?
               -Weza se quedó sin saber que decir-
   .- el vino lo dejo a su elección
            Pasado un rato llamaron a la puerta.     Un joven vestido de pingüino, entraba empujando un carro y tras dejarlo junto a la mesa cruzaba sus manos a la espalda
 .- ¿qué esperas?
             .- a que se sienten para servirles
    .- no, no, ya nos servimos nosotros
          -el joven se acercó a la puerta y allí se volvió a parar de nuevo-
.- ¿y ahora qué pasa?
       .- ya lo entiendo, lo siento, perdona, solo manejamos billetes de quinientos, así que mañana por la tarde subes y te llevarás una buena propina
              .- muchas gracias   –y por fin los dejó solos-
      Con cara de satisfacción se sentaron frente a frente a la mesa, levantaron las tapaderas de aquellas inmensas bandejas y su gesto tornó en decepción.
         .- ¿y esto?
.- bonito queda, pero aquí deben de pensar que somos pajarillos
       .- mucha bandeja, pero poca comida
.- bueno esperemos que al menos esté rico
      -Buenamente se repartieron aquellos cachitos de arte abstracto y se sirvieron una gran copa de vino-
.- ¿Qué te parece?
       .- prefiero la cocina de Patrick, ese sí que sabe hacer la salsa verde, contundente, esto parece agua de fregar
.- al menos el vino está cojonudo
       .- pues habrá que probar una cosa
.- ¿a qué te refieres?
      .- ya verás luego te cuento
       -en cinco minutos las bandejas estaban que no hacía falta ni fregarlas-
       .- y ahora el postre
.- se nos olvidó pedir postre
      .- allá en la cárcel,  coincidí con un españolito,  decía que era de la mancha.  Siempre de postre cogía el vino y se echaba cachos de pan en el vaso. Siempre decía que se llamaban angelillos y que estaba buenísimo
.- pues vamos a ver, todo sea por llenar la barriga
       Efectivamente estaban buenos aquellos angelillos y habían servido para aplacar el hambre.
       .- voy a echarme un rato, le voy a dar una paliza a este colchón…
.- vamos a poner el televisor a ver qué pasa en el mundo
        -Samuel iba pasando los canales de uno en uno-
.- si ves algo que te guste lo dices
        .-para, para, déjalo ahí
.- ¿esto? Pero si esto es de niños
       .-  ¿de niños? Tú que sabrás, no hay nada como los dibujos animados.  Yo es que me parto, que bestias.








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