jueves, 27 de julio de 2017

Transición "35" y "36"




     Cuando estaba atardeciendo recibieron la llamada de Ricardo.   Era viernes y había escuchado como quedaban con los amigos para ir a un pub del centro, donde había una actuación en directo de un grupito de la zona.
      Para evitar complicaciones decidieron salir para allá, aparcar tranquilamente y después de cenar ir hasta ese sitio para que los encontrasen por sorpresa.
    Durante el trayecto, Weza iba pensando en la manera de deshacer el mal entendido, pero a Samuel le apetecía seguirles el juego para tener más sencillo el cautivar la amistad de las adolescentes        –a un hombre   ¿Cómo le iban a contar sus intimidades unas adolescentes?
 Imposible-
    Tras dejar el coche en un buen sitio y cercano al pub, entraron en un restaurante de estilo muy coqueto.
          Se sentaron a cenar y el camarero les atendió con “demasiada” delicadeza y voz sutil.  Weza que no estaba para bromas, hizo ademán de levantarse de la silla con cara de pocos amigos y solo se le ocurrió a Samuel que decirle:
.- por favor cariño, no se me enoje
        Weza no pudo aguantarse, se puso de pie, clavó los puños en la mesa y cuando iba a proferir una blasfemia miró coléricamente a Samuel.     Este puso cara de bueno haciéndole una graciosa caída de pestañas al tiempo que inclinaba levemente la cabeza hacia un lado.
      De la garganta de Weza, solo salió una carcajada tan estruendosa,  que sobresalto a todos los comensales que allí se encontraban.    Ante aquello, no podía hacer otra cosa, o lo mataba o lo dejaba por imposible.
Samuel le había roto todos los esquemas.   Qué más daba lo que los demás pensasen de aquella amistad.
-De todas formas –
       .- oye no me jodas ¡eh! Mariconadas las justas
.- no, no, de celos nada.   Pero como se te ocurra mirar a otro tiernamente
-Weza resopló-
         .- coño Samuel, vale ya
.- tienes razón, tío, es que me hace gracia y el caso es que no sé porqué
   .- vamos a terminar de cenar y nos vamos, que nos está mirando todo el mundo.     Al final nos van a conocer en toda Málaga.

           Cuando llegaron al pub, la sala estaba casi vacía.
    Los músicos estaban terminando de hacer la prueba de sonido y bueno, no estaba mal el grupete.
         Escogieron un sitio desde donde se pudiera ver bien la actuación y al mismo tiempo visibles, cuando entrase la panda de amigos.
               Hasta que empezó a llegar gente, aprovecharon para hablar con los componentes del grupo e informarse de cosas que pudiesen dar pie a una conversación sobre sus composiciones.      Lo que seguro les haría que les prestasen más atención Susana y Judit.
      Por suerte algunos de ellos llegaron pronto, las mesas que estaban a su lado aún estaban vacías.    Al verlos allí mostraron tanto sorpresa como alegría de encontrarse con ellos.
                   .- buenas noches, que sorpresa
.- hola ¿Qué venís, a ver al grupo?
     .- sentaros aquí y tomar algo
                   .- no queremos molestar
.- no molestáis ¿y el resto?
                    .- ahora vendrán
                    -el guitarra del grupo se acercó a chocar su puño contra el puño de Weza, para darle las gracias por las copas que habían encontrado pagadas en la barra-
                    .- ¿los conocéis?
      .- un poco
                   .- que suerte, verás cuando se entere Susana
.- luego si tienen tiempo se los presentamos
                 -Samuel se levantó y se fue hasta la barra-
.- oye ¿os puedo pedir un favor?
            .- tú dirás
.- podríais dedicarle una canción a Susana, es una fans vuestra y está al llegar
      .- pues claro, sin problemas, tú nos indicas quien es




“36”  Transición




    Pasada media hora, la sala estaba totalmente llena. Unos sitios reservados para las dos más tardonas y el concierto a punto de empezar.
Las baquetas del batería marcaban el inicio del primer tema y entre el público, Susana y Judit se abrían paso para llegar hasta sus amigos.
       .- ¿siempre sois las últimas?
             .- anda, que sorpresa, ahora ya estamos todos
     .- gracias Judit, eres muy amable

   Una canción tras otra, eran aplaudidas con entusiasmo por un público entregado.   Samuel hizo una señal de OK indicando con un gesto quien era Susana.
                 -el guitarrista, se dirigió al centro del pequeño escenario-
                  .- amigos, hoy queremos dedicarle este tema a alguien muy especial.
           -todos miraban a su alrededor sin saber a quién se refería-
                .- un aplauso para esta lida mujer… ¡Susana!
             El tema empezó a sonar entre los aplausos.
        El cantante se acercó hasta ella, para cogerla de la mano y llevarla  “casi a la fuerza”  para que subiese y le acompañase a cantar el estribillo.
  Las amigas se morían de la envidia y a Susana, entre la emoción y la vergüenza, ni le salía la voz.
    La actuación siguió su curso.  Se aproximaba la hora de irse a casa.    Aquellos adolescentes tenían fijado un límite y si no lo respetaban les caería un severo castigo.
  Una pena que se tuviesen que ir sin poder terminar de ver la actuación y pedirles un autógrafo.
            .- vamos Susana que ya llegamos tarde
                   .- esperar un poco, solo cinco minutos
        .- yo me voy que luego papá se pone como una fiera y a ver quien lo aguanta
  .- no te hagas la remolona, que por hoy ya está bien
                 .- cuando cumpla los dieciocho, voy a volver a la hora que me dé la gana     –mientras malhumorada, se levantaba del asiento y con su mano dedicaba un adiós al grupo-
  Ellos esperaron hasta el final,  con el fin de agradecerles la dedicatoria, invitarlos a una ronda e intercambiar sus números de teléfono para seguir en contacto.

      Al día siguiente, a media mañana se presentó Ricardo en la oficina.   –Claro era sábado, estaba cerrada-   cruzó la calle y llamó al timbre.
.- ¿Quién es?    –Por medio del interfono-
               .- abre, soy Ricardo
        .- ¿Quién era?
.- es Ricardo, a ver que quiere
              .- qué ¿ya os habéis levantado?
.- hace rato, pasa que lo mismo tú ni has desayunado
               .- el desayuno mío ya lo tengo en los zapatos
       .- estoy haciendo unas tostadas ¿te apetece una?
.- pues claro que le apetece
              .-  ¿Qué tal se dio la noche?
.- bien, estuvimos con las chicas y sus amigos en el pub y a la hora se fueron a casa
      .- venga, a la mesa, que se enfrían
              .- anda que menuda la que habéis liado
.- ¿nosotros?
             .- sí vosotros, está hoy vuestro querido jefe que se sube por las paredes
     .- ¿Qué?
              .- Susana se ha levantado súper contenta, toda la mañana canturreando una canción
.- ¿y qué problema hay?
                .- pues que gracias la ocurrencia de alguno de vosotros, ahora se ha empeñado en que para la fiesta de su dieciocho cumpleaños, quiere que D. Fernando ceda y contrate a ese grupo, para que actúen en jardín y está de un pesado, que es inaguantable
      .- pues que contrate a esos chavales para fiesta.  Qué más da...   Además son muy majos
           .- unos peludos tocando en casa del jefe.   Menuda es la señora
    .- pues más le vale que se vaya acostumbrando, dentro de nada veo el jardín de la casa con tiendas de campaña.
                 .- ¿Por qué con tiendas de campaña?
.-porque como se le meta en la cabeza a la niña,  en vez de una actuación van hacer hasta una acampada.   Así que mejor no poner muchas pegas
                 .- no, por ahí sí que no pasa la señora
.- bueno, bueno, tú deja andar al camino










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