jueves, 7 de junio de 2018

Ausencia







    Kilómetros y kilómetros
por carreteras de sueño
que no llegaban a ti.

     Melodías derrochadas,
dedicadas, regaladas
y se acabaron las notas
que te debía escribir.

     Y regalé tantos versos
repartidos por el mundo
que no me quedan palabras
ni para hacer una estrofa
para poner en canción,
la que merece una madre
el día en que nació.

     Sé, que esperas mi llamada
para mi voz escuchar.
     Poder oír mis historias
que sabes no son verdad.
     Que solo son ilusiones
piadosas mentirijillas
para tu alma conformar.

     Y como siempre, cada año
en esta noche precisa
volaré a tu habitación
para acariciar tu frente.
     Subo la larga escalera,
y la casa está vacía,
nadie encuentro tras la puerta.

     Desde el balcón lanzo un beso
que lo recoja una estrella
y que me guíe a tu lado.
     Un sitio que no conozco
en el que yo nunca he estado.
     Esas puertas de cristal
y penumbras del pasillo,
no me reciben alegres
ni me muestran el camino

    Allí junto a un mostrador
sentado en la oscuridad
queda mi beso marchito.
     Este año no me esperabas
no pensaste en mi presencia,
no te levantaste en sueños
a ver la luminiscencia.

     Este año no habrás susurro
al oído al despedirme.
  allí dejaré mi aroma
envuelto en un lazo azul,
para que puedas sentirlo
y sepas que allí estuve,
aunque no estuvieses tú.

      Las alas de la ficción
no dieron su resultado
de vacío he regresado
y desde aquí de rodillas
te imploro, mamá, perdón.
      No diré felicidades,
pero gritaré: ¡Te adoro!
          Con todo mi corazón.













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