Y llega el día de tu cumpleaños; y aquí me tienes pensando que porderte decir que ya no te haya dicho. Seguro que hay mil cosas que quisieras recordar de mi infancia y otras muchas que preferirías no mencionar.
En fin, cuantos recuerdos, aquella fotografía sentado en el aparador que teníamos en el comedor con un balón en las manos, o aquella otra que siempre ha estado colgada en la habitación de arriba y que con solo mirarla daba pena, me refiero a la de mi primera comunión; lo que hace el ser madre, tu siempre decías que había salido muy guapo, y yo pensaba: pues si llego a salir feo, mejor quemarla.
Sé que fui demasiado trasto y te tocó aguantar lo que no está escrito, no es que a consecuencia de esto fueras de mano fácil, no, en tal caso de zapatilla ligera; hasta aquel día que era un zapato de tacón y me diste en la cabeza, que manera de sangrar y que susto te llevaste, me lo tenía bien merecido y en vez de pensar que hiciste mal, siento que con otros dos, aun te habrías quedado corta.
Siempre recordaré tu protección,”tal vez exagerada”. Aquel día que salve a toda la clase de un castigo resolviendo un problema de matemáticas y como agradecimiento me llevaron a hombros hasta el portal de casa, tu bajaste como una fiera, creyendo que me estaban haciendo algo, je,je, pobrecito, el manotazo fue a caer sobre el más incauto y sus gafas al medio de la calle; como personas de bien, luego fuimos a su casa a pedir disculpas, tu avergonzada por tu acción, yo orgulloso de esa madraza.
Mira que: perdí gafas, rompí pantalones, os puse en aprietos, os desobedecí mil y una veces, os hice pasar apuros ante vuestros amigos y al final volé del nido con un destino incierto; de todas formas siempre conté con tu apoyo incondicional, como imagino que cualquier madre hubiera hecho, pero tú no eres cualquiera, tú, eres la mía, el ama de casa abnegada, que siempre esperaba nuestro regreso de aquellos viajes por esos pueblos de dios, la que años más tarde, pensó que era mejor que yo, adelantase los regalos de boda, no fuera que la tía los comprase para llenar un cajón, vaya confianza, pero no era extraño, ¿Quién conoce a un hijo, mejor que su madre? Pues mira en eso te equivocaste.
Ahora otros tantos años después, solo quiero decirte felicidades, y que los días más felices de tu vida, sean todos esos que quedan por llegar, y que además sean muuuuuuuuuuchos.
Al año que viene más.
FELIZ CUMPLEAÑOS. Mua, mua, mua, mua,………………………………..
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