Y te fuiste a enamorar
de la flor equivocada,
de esa que tiene maceta
por jardinero cuidada,
de la que guarda su aroma
en vidrio bordado en plata.
Las lagrimas que derrames
y caigan sobre el papel,
serán la firma lacrada
de esos versos para él.
Las que te harán descubrir
que el amor es poesía,
y que al terminar la noche
comienza de nuevo el día.
Aquel que tal vez no
viste
por estar tan distraída,
es quien siempre te ha esperado
para llamarte… Alegría.
Perdona, lavarle la cabeza a un burro es llevar a un burro limpio de polvo y paja. Como se entere Juan Ramón Jiménez, premio Nobel por cierto, de que llevas sucio a Platero se va a enfadar. Tal vez falten comillas en burro o tal vez no. Tú mismo o misma. Y la reflexión, perdóname, yo creo que se hace después de leer algo, no antes. Si no es así, para qué lees. Cordialmente. Fdo. Santiago González Sacristán, escritor y pedagogo.
ResponderEliminarSi digo: antes de leer nada, es precisamente con la intención de que aquel que entre en este muro, sepa que no se va a encontrar a ningún prodigio de las letras. Mas bien, los escritos (por llamarlos de alguna manera) de una persona que pretende expresar con sus escasos conocimientos, aquello que percibe a su alrededor y trasmite como buenamente puede.
Eliminarmuchas gracias y le prometo ir aprendiendo poco a poco o eso al menos espero.