Para mi padre: Aniceto Torrijos.
Padre;
Te escribo desde lo lejos,
pero el
lejos, no lo es tanto.
Algo tan neutro.
Algo abstracto.
La distancia no se mide
ni en
kilómetros ni en millas,
se mide por
esas huellas
que se han
pegado a las suelas
de las
viejas zapatillas.
La medida son caminos
que no son
largos ni cortos,
donde no
importan los años
que se
tarden en pisar,
pues las
marcas acuñadas
nunca se
van a olvidar.
La paciencia y la constancia
para
enseñarme a leer
las notas
de un pentagrama
en un acto
de osadía,
sacar leche
de una alcuza
sabiendo
que no valía.
Se mide con el dejar
a un lado a
los compañeros
para
llevarme a los pueblos
a compartir
la verbena,
y aprendí a
ganarme el pan
con respeto
a la pasión
que siempre
corrió en tus venas.
Y me dejaste volar
a mundos
desconocidos
con la
nostalgia de un padre,
con el
orgullo de un maestro,
con amor de
un compañero
y el abrazo
de un amigo.
Cada día te he sentido
como
protector al lado
de
escenario en escenario
de fiesta
en fiesta viajando,
y cada vez
que apoyaba
las manos
en el teclado
pensaba en
tus enseñanzas
con el
respeto debido.
sin
importar la distancia.
Esté lejos o esté cerca,
me quedo
con el camino.
En tu 94 cumpleaños
FELICIDADES
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