Don de Yahveh.
Niño
alado, que hereda la pluma
con la que surcar los cielos,
esparciendo sus poemas
haciendo volar los sueños.
Mateo que llega al mundo
derrochando su alegría,
el gran regalo de dios,
la luz que ilumina el día.
Hombre de brazos valientes.
Sabio con la mente clara.
Lengua de parcas palabras.
Humilde en juicios ajenos.
Docto en amor de familia.
Amigo de sus amigos.
Y extraño a la hipocresía.
Que siempre sea
bendecido
el día en el que has llegado.
Bendito el niño que
duerme
arrullado entre los brazos,
que han ido acumulando
la experiencia de los años.
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