Como siempre una de mis
pensadas; una tontería como tantas otras que transcribo de la libreta sin
corregir, tal y como fue saliendo. (Si no ya no sería una pensada).
Quisiera comenzar haciendo dos preguntas:
.- ¿Cuánto hace que no soñáis?
.- ¿recordáis vuestro último sueño?
Cerremos los ojos un momento y pensemos.
Yo he de reconocer que no me acuerdo cuando,
porque hace mucho tiempo ya, lo que sí recuerdo, es que fue algo breve y
preciso, un destello, un momento de felicidad que jamás la vida me regalará,
por eso es un sueño.
Dormimos para intentar
obtener un descanso y sin embargo este cerebro “que es medio tonto” se empeña
en revivir o crear vulgaridades; nos recuerda los problemas y preocupaciones de
cuando estamos despiertos o nos crea mundos paralelos que no aportan nada relevante.
Nosotros simplemente nos convencemos de que eso son “sueños” y simplemente nos
conformamos con que no lleguen al grado de pesadilla. (Bueno a veces se ponen muy pesados).
Recuerdo ahora cuando
escribía relatos, y música; al menos
entonces mis “ensoñaciones” tenían un propósito: Dar luz a las sombras que mi imaginación había
dejado entre paréntesis al hilvanar unas notas con otras o eso que falta antes
de un punto y aparte para así concluir un párrafo.
Me despertaba y sin pereza bajaba las escaleras para que no se me
olvidara; era algo emocionante y parecía eso solo fuera la primera gota de agua
en una cascada de ideas que se agolpaban sin dar tiempo a escribirlas
todas. Notas que se sucedían tecla tras
tecla formando melodías tan extensas que me obligaban a levantar los dedos y
coger el lápiz y papel pautado, antes de que todo quedase perdido a merced del viento
si no lo anotaba en el pentagrama (mi memoria, nunca fue muy buena).
Pero a esos tampoco los
considero sueños (debe ser que soy demasiado exigente) solo un deseo
irrefrenable de compartir aquello que mi corazón, mi alma, mi musa o que se yo
que era me dictaba. Algo sería, pues yo no soy tan listo.
Una cosa “imposible” de realizar, una situación que no se puede “medir
ni pesar”, un pasaje que no se puede guardar entre las agujas de un reloj.
Eso es un sueño; lo irrealizablemente perfecto, eso que es
capaz de sobrepasar el infinito, esa gran mentira, tan increíble que no puedes
olvidar al despertar, pues su recuerdo es mayor que la propia vida.
Ahora os vuelvo a
preguntar:
.- ¿Cuánto hace que no soñáis?
Dormid, dormid y espero que
hoy soñéis.
Los sueños, sueños son. Miedo me da soñar, suelo ser premonitora.
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