Mi
mente se esconde
en la
profundidad de un recuerdo
que
engulle los tiempos en horas y días.
Mi
vida contempla
un
plato de sopa que empaña mis gafas,
en la
triste espera mientras queda fría.
Los
sueños no vuelven.
Las
noches son largas
cerrando
el balcón a un libro ilustrado
de
versos tatuados en el pecho herido.
No
lucen las flores sus lindos colores.
El
aroma suave se ha desfallecido.
No se
oyen campanas doblar en la torre,
ni
vienen las sombras, a darme cobijo.
Mi mente me hace lo mismo Compy. Siempre con tan buena pluma.
ResponderEliminarHabrá que echarle pienso a las neuronas.
EliminarGenial Carlos. Volverán las oscuras golondrinas... Me ha encantado
ResponderEliminarMe imagino que en primavera...
EliminarConmovedor y triste poema....abrazos querido amigo. America Santiago.
ResponderEliminarUn abrazo ABU.
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