El parque de San
Julián
con sus bancos
de madera
junto a la
fuente de bronce.
Paseos por
carretería
saludando a
aquel sereno
que vigilaba
las noches.
Aquellos
primeros sueños
mirando la noche
clara
en que la luna
me hablaba.
Noches de
chaqueta,
cielo raso en
el castillo
contemplando la
ciudad.
Finales de
octubre,
recorriendo Callejones
de adoquines
desgastados.
Hoy no quiero
abrir los ojos,
no quiero
mirar atrás,
que el tiempo
no me recuerde
que te fuiste,
ya no estás.
C.a.r.l. (España)
Fabuloso
ResponderEliminarGraciñas paisana
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