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sábado, 22 de junio de 2024

Mi estrella

 


 

    Cuantas veces te has acostado

pensando que las cosas

no son, como deberían de ser.

 

   Cuantas veces, pretendiste ser perfecta,

viendo la perfección siempre en otras,

mirándote el ombligo para ver como…

 fluyen por él, tus imaginarios defectos.

 

    Cuantas palabras, cuantas frases,

esas que alaban tu figura,

has pretendido no escuchar

escudándote en tus complejos.

 

             Cuantos amores has negado.

         Cuantos abrazos repudiados.

     Cuantos besos perdidos.

Cuantos “te quiero” no escuchados.

 

Cuantas sonrisas perdidas.

   Cuanto baile sin pareja.

      Cuanta noche sin almohada.

          Cuanto amanecer nublado.

 

      Ama sin prudencia alguna

aquello que te brinde la vida,

sin miedo a caer al abismo

donde se rompen los sueños.

    La felicidad, es para los valientes,

para los intrépidos optimistas,

para los que lo intentan una y otra vez.

 

     Vive tu vida frente a un espejo

que refleje lo maravillosa que eres

al proyectar la luz del alma.

     Que los demás, vivan la suya,

con la libertad de mirarse

en el espejo que deseen.

 

Para ti……., la estrella más bonita del firmamento.

Carlos Torrijos

C.a.r.l. (España)

22/06/24

 

 

 


 

 

 

 

 

 

sábado, 8 de junio de 2024

Tiempo dormido

 


 

  Tarde  calurosa en la alameda.

      Cerca de la chopera,

a la orilla del arroyo,

hay una sombra especial.

      Las hojas del sauce

que lloran sus ramas

acariciando el agua.

      El tronco suave

donde la espalda se apoya

acomodando los recuerdos.

       Las piedras de la orilla

tantos años como testigos

de un amor de adolescencia.

     Nuevos polluelos de gorrión

con sus picos amarillos

abiertos a la esperanza.

    Aquellos juegos,

       aquellos besos,

            aquel amor,

rememorado por siempre.

    El corazón tatuado en la corteza

con las iniciales talladas

a punta de navaja.

   Aquellas lagrimas tras la despedida,

años, verano tras verano, acudiendo,

tardes repetidas esperando tu regreso.

    Miradas clavadas en el sendero

esperando volver a ver tu silueta.

     Ojos cerrados, con la ilusión

de escuchar el crujir de unos pasos.

 

     Cincuenta y tres años,

diez meses y doce días.

     Se acerca una falda bailando

meciendo  parisinas blancas,

una blusa resplandece

junto a cabellos de plata.

 

   Mil historias que contarnos

de caminos recorridos.

    Cien lagrimas de emoción

acariciando juntos

con la yema de los dedos

el corazón desgastado.

    Las letras difusas.

      La flecha afilada,

con que Cupido nos empuja

a un beso infinito.

  Beso, de adolescentes con canas.

         Amor de adolescencia

tantos años soñado,

tanto tiempo dormido.

 

 

Carlos Torrijos@2024.

C.a.r.l. (España)

 

 






jueves, 6 de junio de 2024

Buenos días.

 

       Que bonita, que hermosa.

    El alba que inunda mi habitación

desperezando un nuevo día.

   Ojos entreabiertos que dejan

 vislumbrar la silueta del rostro dormido

sobre la almohada compartida.

     Bostezos delirantes reprimidos

que intentan no perturbar el descanso

placentero de la persona amada.

     Pies al suelo, pasos sigilosos,

deseos reprimidos de abrazar tu cuerpo,

besos al aire dirigidos a tus labios,

mirada complaciente observando

la exultante belleza del gesto

de una cara llena de felicidad.

 

   El café ya está caliente,

las tostadas recién hechas.

    Sonámbula  está la silla

con las manos en la mesa.

      Espero tu despertar

para fundir nuestras almas

en sabores de frambuesa.

 

C.a.r.l. (España) 2024.

 

 


Ala ancha


 

   Si paseando en la noche

por tus calles desiertas,

oscuras, mojadas, silenciosas,

encontrase en una esquina

un sombrero boca arriba,

un alma pidiendo limosna,

un vacio, donde solo el cartón

sobre el suelo queda

guardando el sitio para su dueño.

      Dejaría dentro unos versos

que no dijeran nada

para aquel que no los sepa leer.

    Me reconfortará el saber

que el arrugar el papel

haciendo una pelota,

le servirá de entretenimiento

en sus primeros minutos de espera.

     Tras andar unos pasos,

miraré a mi alrededor

para cerciorarme de que nada existe,

nadie observa, la soledad tan solo.

    Tan solo el alma de un sombrero

fue testigo de mi delirio.

 

Ojos de Gata@2024.