Si paseando en la noche
por tus calles
desiertas,
oscuras,
mojadas, silenciosas,
encontrase en
una esquina
un sombrero
boca arriba,
un alma
pidiendo limosna,
un vacio,
donde solo el cartón
sobre el suelo
queda
guardando el
sitio para su dueño.
Dejaría dentro unos versos
que no dijeran
nada
para aquel que
no los sepa leer.
Me reconfortará el saber
que el arrugar
el papel
haciendo una
pelota,
le servirá de
entretenimiento
en sus
primeros minutos de espera.
Tras andar unos pasos,
miraré a mi
alrededor
para
cerciorarme de que nada existe,
nadie observa,
la soledad tan solo.
Tan solo el alma de un sombrero
fue testigo de
mi delirio.
Ojos de Gata@2024.
Siempre será duda para el poeta si unas dulces manos con corazón hambriento habrán leído ese papel arrugado ... Y nunca podrá saber que ese día un sombrero vacío dió vida.
ResponderEliminarTu poema es solitario, neblinoso y emana en sus palabras el frío de los baldosines en invierno. Es tristeza que se esconde en "un sombrero vacío" que se apoya en una sucia pared de una plaza sin nombre.
ResponderEliminar