Tanto
tiempo que no escribo,
pero hoy lo
tengo que hacer.
Para hablar
de dos misterios,
que son el
ser y no ser.
A esa
muerte que está viva.
A esa vida
que se muere.
A ese dios
que nadie entiende,
y a ese infierno
incoherente.
A la flor
de ese jardín,
que se
marchitó de pronto.
Y a ese
triste jardinero,
que se
apago en el rescoldo.
A la musa
del poeta,
que nunca
pretendió serlo.
Y al
escritor que con rabia,
plasma su
amor en los versos.
A la que
abraza a su padre
con el pelo
alborotado.
Al que
llora su partida
sin saber
que está a su lado.
A la que le
pide calma,
que el
momento no ha llegado.
Y al que
reniega del mundo,
pidiendo
ser sepultado.
A quien en
sueños se acerca,
para besar
sus mejillas
y abrazarlo con dulzura.
A quien con
lágrimas riega
la luz de
la madrugada,
después de
una noche oscura.
A la que se
fue muy lejos,
y el que se
quedó afligido.
La noche
del mes de agosto,
se
truncaron los caminos.
Yo a eso,
le llamo putada.
Otros… lo llaman destino.
Perdón por
mi atrevimiento.
Perdón… mi
querido amigo.
Hoy, por suerte, entro en tu blog el mismo día que publicas. Cada día visito menos las redes sociales. ///
ResponderEliminarMe alegro de que vuelvas a escribir. Para mí significa cierto nivel de vuelta a la "normalidad" (y fíjate que entrecomillo el término). Aunque no sé si decirte "bienvenido" o, sencillamente "bien llegado". Ja Ja.
Por cierto, la temática sigue siendo dramática. Y sí, lo sé, el mundo es así, así ha sido y así será. Y, sin embargo...
Esto es algo para un conocido del otro lado del charco..
ResponderEliminarVolviendo la cabeza... hasta uno puede decir que es afortunado...