Al poco tiempo Belarmino no podría acudir a la cita.
Algo
parecido a un resfriado había degenerado en bronquitis.
La
primera vez que atravesaba aquella verja de hierro, era para salir a visitar a
su amigo en el hospital.
Un
taxi lo recogía junto con Arturo para hacer un largo camino hasta la
ciudad. Un camino que él no recordaba.
Pero
cuando entraron en la urbe, comenzó a explicarle a Arturo todo lo que se le
venía a la mente y que calle habían de coger para llegar a su destino.
Después de pasar unas horas en el hospital junto a su amigo contándole
cosas que pudieran entretenerlo y dar ánimos, se despidieron prometiéndole
volver para dar un paseo cuando se recuperase. Después le pidió a Jesús que los
llevase a un par de sitios.
Primero fueron hasta el polígono, para que Arturo viera donde tenía su
taller. Estaba cerrado con un cartel de -SE VENDE – remachado en las puertas.
Después a una calle céntrica donde había muchos comercios de toda la
vida y al final a una pequeña iglesia, que por suerte estaba abierta. Así que entraron para recordar junto al
altar el día en que Belarmino y la difunta Clara contrajeron matrimonio y junto
a la pila bautismal cuando bautizaron a Clarita y él fue el padrino.
Desde allí mismo volvieron a pedir un taxi de regreso a la residencia.
--- por su barrio… no quiso ni pisar ---
La segunda vez que salió. ---Quien se lo iba a imaginar---.
Fue
para acompañar hasta el cementerio los restos de su querido amigo. Aquel
catarro mal curado había podido con él.
Allí sobre la lápida, dejo su locomotora. Allí también se quedaron: Bella, Perro y
Grifo.
A partir de entonces, solo una visita más
pasados tres meses y ninguna historia más volvió a oír de los labios de
Clarita.
Varios meses después, con sus
plenas facultades rehabilitadas, una noche llegó a su habitación. Estaba vacía, fría, triste, nadie en la cama,
nadie que le dijese como colocar la ropa sobre la silla.
No
tenía sueño, así que sin hacer ruido se bajó a su sillón. Sus amigos del alma, también se habían
disipado. Una
ligera pincelada como una neblina quedaba
flotando en el aire. Bella,
Perro y Grifo ya no regresaron.
Esos en los que había encontrado: el amor que
nunca buscó, la compañía a la que ni le hizo aprecio y la ilusión fantástica de
los sueños que jamás tuvo, se difuminaron de su mente, destruidos por el peso
de la realidad.
Se entretuvo recordando la casa del pueblo en el que nació, una a una las cosas de infancia y juventud. sus
padres, su hermana, su amigo y familia que ya no estaban.
El
día de ayer, la semana pasada, el mes anterior. El momento de hace unos años en que cruzó
aquellas puertas acompañado por su cruel sobrina y la marcha de esta frotándose
las manos con el botín conseguido.
Pena, nunca haber tenido mujer ni hijos. Toda la vida dedicada a doblar el lomo
para al final no tener nada. Nada ni nadie pues hasta sus ilusiones
estaban perdidas.
Reme por fin llegó a la edad de jubilarse. A
Laura, hace tiempo se le acabó el contrato. Andrea,
encontró un puesto mejor remunerado fuera de aquellos muros y Arturo, un día
tras una discusión con la directora cruzó la verja y la cerró tras de sí para
siempre.
La
alegría que parecía vislumbrarse con los logros obtenidos por la terapia, no
pueden mitigar la tristeza de su gran pérdida.
De vuelta a su habitación, por la espalda, sintió una mano en su hombro (era la directora)
.- Perdónalos, su juventud les hizo precipitarse
.-¿usted sabía?
.- Sí, pero no hice nada. Lo siento. Unos minutos pueden ser suficiente para vivir plácidamente, pero toda una vida de recuerdos suele pesar demasiado.
.- sí... Demasiado
De vuelta a su habitación, por la espalda, sintió una mano en su hombro (era la directora)
.- Perdónalos, su juventud les hizo precipitarse
.-¿usted sabía?
.- Sí, pero no hice nada. Lo siento. Unos minutos pueden ser suficiente para vivir plácidamente, pero toda una vida de recuerdos suele pesar demasiado.
.- sí... Demasiado
En su mesita, ni la vieja locomotora le
acompaña en la soledad mientras mira por la ventana esperando a que ese
carruaje de caballos negros cruce las puertas de nuevo y ojalá, él sea a quien
viene a buscar esta vez.
FIN
Entretenida Historia y que realidad contarla a quienes esperan un desenlace sin lágrimas. Una pelicula de pasión al servicio. El sueño y la ilusión de un olvidado y la desaparición de los seres imaginarios que en algún momenmto de nuestras vidas hemos guardado. Gracias Maestro y me saluda a RAFAEL como también a Flavio.
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