Cántame por favor.
No me dejes sin tu voz
entonando aquel
bolero,
ni el apretar
de tus gestos
en el tango arrabalero,
cántame de
nuevo
a ritmo de
vals,
cuando movías
la cintura
para llevar el
compás.
Cántame por favor.
Que quiero escuchar el aire
susurrando entre
tus labios,
cuando alargando
las eses
la voz olía a lavanda.
Con las palmas hacia abajo
y los ojos entornados
mandabas que
hubiera calma.
Cántame por favor.
Que el escenario está triste,
oscuro yace el
piano
sin las yemas de
mis dedos
en el eco del
rincón.
Canta desde allí, que yo,
ya no aguanto
más la pena
que tu partida
dejó.
Cántanos aquella nana
que hace años
entonabas
en aquella
habitación.
Cántanos a pecho abierto,
que nada,
apague tu voz.
Precioso
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