Al llegar a su barrio, pidió al taxista, que parase en la esquina de un parque próximo a su casa, atravesándolo con tranquilidad, dejándose ver, sin hablar con nadie, nadie tampoco le habló.
Llamó a la puerta, al abrir su madre y verlo, se le abalanzó sin ni siquiera dejarlo entrar, solo decía:
.-mi hijo, hijo, hijo, hijo.
.- tranquila, tranquila, que te va a dar algo
.- Luis, corre, llama a padre, que está aquí Paco
.- ¿pero como tú aquí?
.-que vayas a buscar a padre, corre; ay mi hijo, mi hijo
Luis se apresuró a buscar a su padre, nada más salir a la calle se lo encontró de bruces
.- que está aquí Paco
.- ya, ya me acaban de decir que lo han visto cruzando el parque, vamos acelera.
La puerta estaba abierta, en el comedor, sentados en el sofá, estaban él y su madre abrazados, se levantó para abrazar al tiempo a su padre y hermano.
.-sentaros, tengo que daros una sorpresa
Abrió la carpeta, e igual que paso en la sala de disección, fue leyendo los informes. Qué alegría, por fin todo aquel calvario por el que habían pasado tantos años, tenía un horizonte de esperanza.
.- ahora toca decidir, pero hasta mañana, por favor no quiero que se hable más de este tema
.-yo soy tu madre y te digo que no te vuelves a ir
.-por favor, mañana
.- vale mañana, pero no te vuelves a separar de mí.
Los cuatro lo tenían claro, era hora de recuperar la normalidad en la familia, pasaron la tarde en casa, el resto del mundo no importaba, ya habría tiempo de decir a los vecinos y amigos la buena nueva.
Luis, les explicaba a sus padres la experiencia, como era aquello, que le habían dejado entrar el primer día y después cuando ya estaban calmados, lo que ocurrió la tarde en que le había dado la crisis.
Paco por su parte, les describía uno a uno a todos los doctores y auxiliares, contaba la prueba de dolor que le habían realizado, las bromas, el afecto que le tenían y como no, lo alucinante que era el túnel de lavabo.
Entre los dos, intentaban que se hicieran una idea de cómo era aquello, de cómo estaba conectado a unos cables que colgaban del techo.
Tanto su padre como su madre, cada poco le pedían perdón por no haber ido, intentaban que lo entendiese, no había nada que perdonar, y cada poco, con uno sentado a cada lado suyo en el sofá, los apretaba contra él y los besaba con una sonrisa en toda su cara.
Por la noche, acostados, ninguno era capaz de conciliar el sueño. Primero se levantó su padre, se sentó en una silla de la cocina, se alegraba de tenerlo en casa, pero la cara de Paco, decía que quería volver, no lo entendía, pero era así.
Al rato junto a él, se sentó Luis, se miraron y se cogieron de la mano, los dos tenían la misma sensación, pero que hacer, que decir.
Llegó Paco, ya eran tres de los cuatro. Su madre acostada, no quería admitirlo, era la única que lo entendía, sabía que su hijo lo que pretendía era ser un orgullo para ellos y lo era, pero tenía que demostrárselo al mundo, a ese mundo que no se lo merecía, durante este tiempo, le había tocado hacerse la sorda en la calle, en el mercado, mientras todos inventaban cosas que no tenían razón de ser, tratando a su hijo como un mono de feria en un laboratorio. Ahora estaba tranquila, sabía que estaba en buenas manos, que lo habían aprendido a querer, era como otra familia, que en un mes, le había dado más cariño y confianza, que todo el barrio, incluso que ella misma en toda la vida. Pasaba el tiempo, las horas se hacían eternas, los tres callados seguían cogidos de la mano en la cocina y su madre no se atrevía a levantarse, era su hijo, su hijo.
Empezaba a clarear, la luz del día entraba por la ventana. Esa mañana tenían que hablar, tomar una decisión, ninguno sabía que decir, ninguno quería que llegase la hora.
El padre, por fin rompió el silencio, con voz suave, pretendiendo no despertar a su madre.
.- ¿qué? ¿hacemos el desayuno?
.-vale, así cuando madre se levante, desayunamos los cuatro juntos
.- yo me encargo de cortar las lonchas finitas de pan, como a ella le gustan
.- ¿y qué le decimos de eso?
.-no sé, yo aún no lo tengo claro
.-no le diremos nada, lo que ella diga será
.- pero ya sabemos lo que va a decir
.-es madre, y se merece todo, aunque yo siga siendo Paco el loco siempre
.-espero que a nadie se le ocurra volver a llamarte así
.-tranquilos, ya me encargo yo
.-la verdad es que el dinero nos vendría bien, con la ayuda, andamos un poco justos
.-no me jodas Paco, ¿por dinero?, para comer tenemos y si no pedimos
.- ¿no ves que es una escusa?, olvida lo que acaba de decir
.-es verdad, era una manera de justificar un sentimiento que ni yo entiendo. ¿Cómo puedo pretender que lo entienda madre?
.-baja el fuego, que se te quema el aceite
.-vaya un cocinero, si nos descuidamos salimos ardiendo
.-y tú, mira para el cuchillo, que no quiero desayunar dedo frito.
.-voy poniendo las tazas en la mesa, ponle un plato encima a las tostas para que no se enfríen
.- ¿has puesto la cafetera?
.-si, fue lo primero que hice
La madre se levantó sin hacer el mínimo ruido, se fue al comedor, se sentó junto a la mesa y volvió a leer todos aquellos papeles. Al rato, cogió la autorización y un bolígrafo y se fue a la cocina.
.-ya está bien de cuchicheos, toda la noche haciendo ruidos, ¿es que en esta casa no se puede dormir o qué?
.-pero si ni hemos hablado
.-tú te callas, mocoso. Ahora vamos a firmar esto los cuatro y ya está todo hablado
.-vamos a desayunar
.-lo firmamos, nos vestimos y nos vamos al hospital, si paro a desayunar lo mismo me arrepiento.
Obedeciendo la orden, se vistieron a toda carrera y se fueron al hospital; por el camino solo hablaba su madre, cada vez que habría lo boca era para una bronca
.- vaya pintas llevas, como si no hubiera peines en casa, el padre callado asentía con la cabeza
.-y tú, de que te ríes, sin afeitar, como un marrano, Luis se encogía de hombros
.-y para ti, también hay, que eres el peor de todos, mocoso, siempre tiene que ser el mismo, y yo siempre dando la cara, te metía una guantá.
Llegaron y Luis se acercó a recepción:
.-Llame al director y dígale que está aquí la familia de Francisco Gómez
.-menos humos caballero, yo no recibo ordenes de nadie
.-perdone son los nervios, por favor, localícelo y dígale que estamos en la cafetería desayunando
.-pero ahora está pasando visitas
.-usted, por favor solo dígale, que somos la familia de Francisco Gómez, él lo entenderá
.- lo intentaré, pero no le garantizo nada
.- que le digan, que mi madre y mi padre están aquí, y que en cualquier momento se arrepienten
.-de acuerdo ya le he dicho que lo intentaré
Los cuatro se sentaron en una mesa, se les había pasado el hambre, pero no iban a estar allí sentados sin tomar nada, pidieron un café con leche para cada uno.
Antes de terminar de deshacer la azúcar, ya estaba allí el doctor Fernández.
.-Buenos días, ¿me puedo sentar con ustedes?
.-Aquí está la autorización firmada por los cuatro, como me entere que tratan mal a mi hijo, vengo y lo desuello vivo, ¿está claro?
.- muy claro, ahora tranquilícese
.- no me da la gana, cójalo y llévelo a su habitación
.-Tranquila madre, si hasta mañana no tengo que venir
.-si vuelves con migo a casa, de allí no sales aunque vengan los geos
.-con una condición
.-ni condiciones ni leches
.- madre por favor
.-que suban los cuatro y pasen el día con él, mañana ya esterilizaremos la habitación de nuevo
.- ¿Qué pasa? ¿nos está llamando marranos?
.-por favor no se lo tome así
.-no, si no es culpa suya, ya se lo venía diciendo yo por el camino, sin peinar, sin afeitar, parecen quinquis, no me extraña, con esta familia no se puede ir a ningún sitio
.- vamos señora, deme su brazo y vamos para arriba.
Ella siguió refunfuñando. Según se abrió la puerta del ascensor en la cuarta planta, la noticia empezó a flotar en los pasillos. El doctor Fernández, los llevó a su despacho.
.-para cualquier cosa esta puerta siempre estará abierta para ustedes, si tienen alguna consulta o duda y no estoy aquí en ese momento, no esperen en el pasillo, entren y acomódense, yo vendré lo antes posible.
Luego les enseñó la sala se monitores.
.- desde aquí, tenemos todo controlado, siempre hay una persona como mínimo, que está a disposición de su hijo para cualquier cosa que pida y ahora les mostraré su habitación.
Antes de acceder a ella, llegaron las doctoras Elvira y Santos, lo abrazaron y besaron, como si hiciera años que no lo veían. Llegó corriendo Isa y lo zarandeó entre sus brazos
.-hay mi niño, ¿pero cómo se te ha ocurrido volver?
La madre torció el morro, eso de mi niño, le había llegado al alma, pero al momento sonrió de ver que allí no iba a faltarle una madre, era una sensación de celos y satisfacción al mismo tiempo.
.-estos son los padres de francisco, a Luis ya lo conocéis
Entonces Isa se abalanzo sobre su madre
.-señora, viéndola a usted, no me extraña que Francisco haya salido tan guapetón, bueno Luis también es guapo y su padre
.- no intentes arreglado, que da igual
.-gracias hija, quiéremelo mucho
.-no me llore mujer, que tiene el mejor hijo del mundo, ¿como no lo voy a querer? eso sí, a mi marido de esto nada
.-mira que siempre estás igual
.- vamos a organizar esto, que tengo que terminar la ronda. Doctora Santos, si no le es mucha molestia, entre con ellos, enséñeles la habitación y encárguese de que no les falte de nada. Elvira, Isa, venid con migo. Doctora, localízame a todo el equipo incluidos los auxiliares y diles que hoy comemos todos juntos a las dos y media. Isa, baja a la cocina y que preparen un menú especial para todos, coge a dos camareros y que monten un comedor improvisado en la sala de juntas; no quiero que falte ni un detalle, la factura que me la pasen a mí directamente, ah, y que adornen la mesa con unos centros de flores.
Entre tanto, ellos seguían en la sala de monitores, la doctora encendió todo y se puso a explicarles para que era cada uno, luego pasaran a la habitación y cosa por cosa se las fue enseñando Francisco, cualquier duda se les aclaraba con toda amabilidad.
Ya eran las doce, no se habían acordado ni de desayunar. De repente la doctora Santos:
.-se me está ocurriendo una idea, un momento
Cogió el teléfono y marcó
.- Elvira, ¿te queda mucho de consulta?. Pues sube, que vamos a hacer un invento.
Volvió a marcar.
.- Isa, cuando puedas, traes un biombo de la sala de curas, no preguntes, es una sorpresa.
Al momento llegó Isa
.-a ver ¿qué os traéis entre manos?
.-no sé, un invento de la doctora Santos
.- ¿a qué viene tanta prisa?
.- vamos a hacer un experimento con la madre de Francisco, para que se vaya tranquila
.- ¿con migo? a no a mi no me tocan, hacerlo con mi marido
.- venga, no me seas cobardica
.- bueno yo aviso, que tengo la mano ligera
.- ligera, la tiene rápida, ja, ja,
.- y tu calla, que está la cosa a punto
Montaron el biombo, y tras él, se metieron las doctoras y la madre
.-desnúdese por favor
.- Isa tráenos un pijama, el belcro y el mazacote de cables
.- ¿no me iréis a dar calambres?
.-que no, eso es en las películas
.-que nervios
.-pero no me tiemble, que no pasa nada
.-Francisco dile a tu madre, lo que pasa
.-no pasa nada, solo que cuando salgas te vas a reír al ver como se mueve todo siguiéndote, voy a encender la tele, ya verás
.- ¿pero que me vais a poner un collar como a un perro?
.-madre, cállate de una vez, que estas poniendo nervioso a padre, perece que le está dando el baile de san bito
Después de un rato de pelea con la señora, que no paraba quieta
.- muévase usted, como si no llevase nada
.-le molesta algo más de lo normal
.-no, si parece que no llevo nada
.-lo mismo dije yo el primer día
.-Isa, retira el biombo
.-échame una mano Luis
Su padre se quedó mirando a su mujer fijamente, primero con cara de susto, al momento empezó a soltar carcajadas
.-no me pongas de mala leche, que te pego una guantá
.-bueno, otra fiera
.-Isa que pá ti, también hay
.-madre, muévete por la habitación, verás todo se mueve con tigo
La madre, empezó a reírse a carcajadas, según se movía de un lado a otro
.- ¿y esto es todo?
.-no, hay cosas más complicadas, no la voy a engañar
Entró corriendo Miguel, acababa de llegar
.-Fran, mira, te lo dije el primer día, o estás bobo, o estás bobo, ¿qué haces aquí?
.-este es mi padre, a mi hermano ya lo conoces y esa cosa pequeña llena de cables es mi madre
.-mira que cobras
.-bueno perdona, mi madre y su genio
.-ahora ya encuentro yo el parecido mira por donde
Entró de repente el director, todos se quedaron pálidos y parados
.- ¿qué pasa aquí?
.-lo siento doctor Fernández, ha sido cosa mía y de nadie más
.-recoger todo esto que ya es casi la hora de comer
.-si señor
.-y lo que ha pasado, que no salga de aquí, si se entera la junta directiva, estamos todos en la calle
Recogieron todo y se marcharon al despacho de dirección. Según se iba aproximando la hora iban llegando todos: el doctor Benítez, alabando la valentía demostrada en la prueba de dolor; Andrea, Jaime y Andrés, sorprendidos de ver allí a toda la familia; por último, los más sorprendidos, los doctores Prieto y Andreu, con cara de asco y una sonrisa forzada.
Juntos se dirigieron a la sala de juntas, la mesa parecía propia de una gran celebración, no podía ser menos. Allí pasarían charlando, después del café y la tarta, el resto de la tarde, la harmonía unía a todos excepto a los neurocirujanos, la madre, cada vez que los miraba, se le encendía la sangre. Entonces el doctor Fernández, se decidió a hacer lo que tantas ganas tenía.
.- señores, un momento de atención; como colofón a este día y antes de dar por terminada esta reunión tengo que comunicar que he tomado una decisión irrevocable: A partir de este momento, los doctores Andreu y Prieto, quedan fuera del equipo de investigación, mañana mismo buscaré sustitutos para el puesto que ocupan.
De repente, sin medir las consecuencias que a posteriori podrían tener en los auxiliares, debido a su menor rango, empezaron a aplaudir la decisión. Los dos, se fueron haciendo fu como el gato, ellos ya sin estorbos, siguieron echando unos parloteos y unas risas tan a gusto, hasta que llegó la hora.
.- señores, es la hora, mañana todos en sus puestos, los turnos siguen de igual manera a como estaban en el cuadrante
La madre, empezó a llorar abrazada a su hijo, todos sin excepción fueron a arroparla y consolarla.
.- no, no os preocupéis hijos míos, de verdad, me duele marchar, pero lloro de alegría por haberos conocido, es lo mejor que me ha pasado en muchos años, ah, y gracias, muchas gracias por haber echado a esos.... bueno me voy a callar.
Se despidieron y cada uno a su casa, el turno de noche quedaba suspendido por hoy; si quería algo que se levantase y lo cogiese, sabía dónde estaba todo y las puertas estarían abiertas.
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