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todo es una mera
ilusión, el que lo sea, no quiere decir que no me encantaría que no lo fuese.
Me encuentro solo en casa, Lucia madrugó para
ir a clase, Ana y Raquel acaban de partir, con la persiana bajada para que no
entre ni un mínimo ápice de luz en la habitación, me dispongo a realizar un
viaje imaginario.
Mi madre seguro que aún no se habrá
levantado, luego a media mañana la llamaré, pera ver que tal sigue todo por
allí, espero que bien.
Alzo las manos con los dedos bien
separados para recoger toda la energía posible.
El cosquilleo en las yemas se acentúa, los codos se van doblando
lentamente y los antebrazos se pliegan hasta que las manos se llegan a unir
sobre el pecho.
Voy dejando de percibir la existencia de mis músculos de los hombros
hasta los dedos de los pies, dejo de sentir mi respiración al tiempo que parece
irse alejando el tic, tac, del reloj que hay sobre la mesita de noche.
En ese fresco portal, al subir dos peldaños,
justo allí, la empinada escalera, con la puerta del corral en todo lo alto, me
saluda invitándome a escalarla, ayudado por el pasamanos de madera, hasta el primer piso.
Nadie me espera, doy unos golpes
con los nudillos en la puerta de madera.
Toc, toc, toc.
.- ¿quién es?
.- Abre, soy yo,
Tras la puerta, la dama más bella, de entre
todas las damas. En un abrazo se funden nuestras
auras, como un solo haz de luz. En ese instante se detiene el tiempo, un
momento tan esperado que pretende no tener fin.
Entre tanto:
.- pero si es mi
Carlos. ¿Y la Ana? ¿Y las chicas?
.-en el cole,
.- pero entonces ¿has
venido tu solo?
.-claro,
.- vamos a la cocina, que tu
padre está dormido.
Al dar la luz, pudieron oír
claramente el clic de la llave, pero la luz no se encendió, tampoco hacía
falta.
.-Anda,
¿pues no decías que habías engordado?
.- claro, unos kilos, se me ha ido
todos a la barriga,
.- bueno, cuidado no revientes,
.- y tú ¿Qué tal?
.- bien, como siempre, si no
fuera por eso, es que hay días que me da no se que salir de casa, porque mira,
si en medio de la calle y claro,
.-pues yo te encuentro estupenda,
.- si, un saco de huesos,
.-no dices que engorde, pues
engorda tú,
.-pues si como bien, pero cada
día peso menos,
.-nada mamucha, tú tranquila, que
todos los días dicen por la tele que la obesidad es muy mala,
.-si, tú ríete, pero yo no me
rio,
.- y que puedo hacer si no,
.- ¿entonces la Ana y las chicas
están bien?
.-si, Raquel como siempre, aunque
creo que ha engordado un poco, poquito y Lucía ya una moza, jobar como pasa el
tiempo,
.-es que tu padre y yo ya no
estamos para viajes, ay mi Raquel, hace que no la veo,
.- un día de estos, pero no sé cuándo,
.-ya, ya; el caso, es que
estéis bien y que os llevéis bien todos los hermanos, hijo, es que se ve cada
caso por la tele todos los días
.-por eso tranquila, eso son
bobadas, que se inventan, porque no saben que poner,
.- no, si el caso es que para
ti todo son bobadas,
.-Bueno nos tenemos que despedir, es hora de levantarse y seguir con el
día a día,
.- pero odo, ¿y te vas a ir
sin felicitarme?
.- No. Por supuesto que no. Hubiera sido mi mejor regalo, que esto para
ti, no fuera un agradable, pero simple sueño, ahora debemos volver cada uno a
su cama.
Los dos, se vuelven a fundir en
un abrazo del que la luz, se va desvaneciendo lentamente. En ese
momento, se despierta sin saber porqué, se levanta, sube descalza las escaleras
de la cocina, la luz está encendida, mira atentamente, no hay nadie, pero puede
sentir un escalofrió que le recorre toda la espalda, al tiempo que una voz, la
que ella reconoce perfectamente, la de su Carlos, le susurraba al oído:
Felicidades mamá.
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