He recibido un encargo doloroso de
realizar, me he de meter en el cuerpo de otra persona y escudriñar en su mente.
Poder encontrar ese rincón escondido
donde oculta esa vieja probeta llena de un líquido oscuro, amargo y mal
oliente, y así lograr destilarlo una y mil veces, hasta que del alambique sea
capaz de sacar una simple gota transparente, dulce y con un aroma excelente.
En caso de que sea salado, será una
lágrima, pero llegó el momento. Mejor
llorar de dolor que seguir con una hipócrita sonrisa de indiferencia.
Antes de
empezar: perdón. Lo has pedido por favor y flaco favor te hago. Ahora me he poner el disfraz de escritor, pero si así lo
quieres vamos allá.
MADRE;
¿Por
qué dejaste que naciese?
¿Por
qué nunca oíste mis palabras?
¿Por
qué tus ojos, no me vieron?
¿Por
qué nunca se dignaron a leer mis poesías?
¿Por
qué tus celos de rabia, por demostrarle mi amor a ese ser que es mi padre y
siempre me protegió?
¿Por
qué en vez de darme un beso, quisiste causar dolor?
¿Por
qué no sentí tu abrazo?
¿Por
qué cerraste los labios cuando quise oír
un te quiero y mi nombre blasfemante, cuando el amor me invadió?
¿Por
qué me has hecho sufrir, lo que tú tal vez sufriste, sin culpa de lo que
hicieran los que por padres tuviste?
Yo te seguiré queriendo
por
más que siempre te pese
hasta
en tus ultimas horas
estaré
junto a tu almohada
esperando
un simple abrazo
esperando
oír te quiero
esperando
el que tus labios
me
den un beso sincero.
Y lloraré tu partida
maldiciendo
ese momento
tal
vez por no haber logrado
lo
que siempre he echado en falta
lo
que siempre fue mi anhelo.
Aunque así sea: Gracias.
Gracias por enseñarme,
lo que no se debe hacer,
a
querer con toda el alma
a
dedicarles mi tiempo
mi
cariño y mi perdón
a
que nunca ellos les falte
lo
que nunca tuve yo.
Jamás han de echar de menos
un
beso, un simple abrazo
o
cada noche un te quiero,
a
la hora de dormir
cuando
todo está en silencio.
Por enseñarme a escucharlos
cuando algo quieren contar
y
demostrarles mi orgullo
de
lo que hacen cada día
que
sepan que soy su madre
y
me llena de alegría.
Gracias madre, sigo aquí
solo espero un simple gesto
y
que estas palabras mías
no
te alteren el dormir.
De Carlos Torrijos, para una madre.
A mí, no me corresponde juzgarla
¿No quiso, no supo?…..ella sabrá.
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