Como la joven Julieta
por conseguir
el amor,
decidió fingir
su muerte
bebiéndose una
poción.
Cuando llegó
su romeo
en la
desesperación,
tomó un veneno
infalible
que a los cielos lo llevó.
Ella despertó
del sueño
a su amado
allí encontró,
cogió la daga
en sus manos
y la hoja en
su pecho hundió.
El telón se
está bajando,
los padres emocionados
en el palco
estás llorando.
Ellos entre
bambalinas
se abrazan con
ilusión,
ya cesarán los
reproches
con la obra de
teatro
aprendieron la
lección.
Nunca hay que
ponerle diques
a los ríos del
amor,
pues cuando
estos se desbordan
inundan el
corazón,
oscurecen los
sentidos
y se pierde la
razón.
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