No sé porque presiento que el momento ha
llegado.
Tras diez años de espera, acompañándonos y dándonos
tu compañía, ahora comienza el viaje.
De nuevo cogidos de la mano, surcareis el
firmamento hasta quién sabe dónde -- (si yo lo supiera -- dejando una estela de
felicidad que nos impregnará por siempre para mitigar la tristeza.
Los días y las noches, pasarán a la
historia en donde solo existe la luz. Vuestros
besos se volverán infinitos y solo el amor que siempre os profesasteis, será
esa llama eterna, nexo de unión entre vuestras almas.
Quisiera
ser egoísta y reteneros aquí. Poder levantar
las manos y percibir vuestra presencia en la punta de mis dedos. Sí. Saber
que puedo seguir durmiendo tranquilo, porque en nuestra almohada hay quien la
vigila. Pero hoy no puedo más que ser agradecido por
tanto y tanto como he recibido de vuestra parte y así sentir la satisfacción de
recordar con ilusión los momentos que compartimos.
Lazarinche,
Toñica; Os espera el arco iris para brillar con más fuerza y dar color a las
tardes de lluvia. Ahora pintareis el lienzo del abstracto con
las tonalidades de la felicidad. Tal vez. Tan solo tal vez, volveremos a sentir
vuestras caricias en la mejilla en las noches de insomnio y soñaremos con que
estamos juntos esperando el amanecer.
Preciosa prosa poética para decirle un "hasta siempre" al familiar querido que dejó un espacio vacío con su partida al descanso eterno. Así es siempre y lleva tiempo superar el dolor y tristeza. Un gran abrazo querido amigo Carlos. Te saluda afectuosamente America Santiago.
ResponderEliminarMe encanta.
ResponderEliminarApreciable Maestro siempre su palabra viva escrita deja el efecto psicológico y esta vez me deja un sabor de nostalgia, melancolía y una despedida aunque aceptable espiritualmente, mental y emocionalmente no tan fácil de digerir.
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