Una pausa.
Un paréntesis que encierra
una frase inexistente.
Un punto
y guión que dan paso
a una
conversación silenciosa.
Dos signos
de exclamación que lo dicen todo.
Un lamento,
un suspiro,
un quejío
de guitarra
y unos
golpes al cajón.
Un sentimiento
muy hondo.
Tacones sobre las tablas.
Palmas sordas en la esquina
recitando soleá.
Las lágrimas escurriendo
como betún
por su rostro.
Manos que se alzan al cielo,
dejando
escapar el alma.
Lamento de luz morada
junto a claveles marchitos.
Los lunares
apagados
enlutando
su vestido
y un poema inacabado
de una voz que ha enmudecido.
Me ha fascinado tu poesía querido amigo.Que sigan los tacones sobre las tablas y también tus versos emocionados callados pero vivientes. Un beso y gracias. America Santiago.
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