Entre peñas
escarpadas
Un joven desesperado
Va buscando su
final
En aquel
acantilado.
Lo llaman en
fin del mundo
Más allá no
existe nada,
Tan solo la
oscura noche
Por tinieblas
abrazada.
Donde dicen se
oyen voces
Junto aquel
castillo en ruinas
Donde un alma
se pasea
En las noches que no hay luna,
Se despoja de
su ropa
Y alza los
brazos al cielo
Mientras una
cruz suspira
Medio
enterrada en el suelo.
Hoy vengo a
entregar mi alma
A cambio de un
gran favor.
Vuelve a la
vida a mi amada
Y reniego de
mi dios.
Fosforecieron
los huesos
Que aún quedan
allí enterrados.
Al acercarse al abismo
Una mano lo
detuvo.
Y la cruz
flotó en el aire
Antes de
hacerse pedazos
Al golpear contra un muro.
(.- tu amada
te está esperando
Camina recto
al ocaso
Y deja salir
tu alma
Que de ella,
yo me hago cargo)
Una voz se oyó
a lo lejos.
Era la voz de
su amada.
Avanzó hacia
el horizonte
Donde no
existía nada,
Y se perdió en
el abismo
Pero sin
soltar su alma.
Desde entonces
allí vive
Su eterna
felicidad.
Los sótanos
del castillo
Su morada
permanente.
En las noches
que no hay luna
Se Pasea entre
la niebla.
Cubierto por
una capa
Que levita
entre las ruinas.
Príncipe de
las tiemblas.
Por engañar al
destino
Porque al
abrazar su amor
desandaron el
camino
Que la parca
les mostró.
Limbo de
noches perpetúas
Dos almas
enamoradas,
Príncipe de
las tinieblas
En la colina
encantada.
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