Me liberé de ataduras,
de pasados,
de promesas,
de sueños, de
vanidades,
de objetivos
por cumplir
derechos
nunca obtenidos,
de compromisos
mundanos
y amores no
pretendidos.
La soledad de la risa
por el
llanto acompañada,
almidonó mis
enaguas
mientras al
sol se secaban,
con brisa
de primavera
los
pliegues se perfumaban.
En mi
alrededor el viento.
Bajo mis pies el camino.
En mis manos transparentes
horizontes sin sentido.
Despojada de mochila
cargada de obligaciones,
a solas
conmigo misma
pude
lanzarme al abismo
que causa
la incertidumbre
sin la
palabra temor.
Pude abrazar y besar
a una espina,
a una flor.
Repartir sin tener nada,
la nada
para los dos.
Para mí, para el camino,
para el
camino mis pies,
para mis
pies el camino.
El tiempo, el horizonte,
lo malvado,
lo divino,
la belleza del
olvido,
y lo
abstracto del destino.
Ojos de gata
Muy bueno
ResponderEliminarVamos.....
EliminarSiempre sorprendiéndome con tus versos..
ResponderEliminarsiempre cambiando.
EliminarEs bueno soltar y disfrutar el camino.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta poesía, gracias por compartir.
Siempre andamos con la mochila cargada
Eliminar