Cogieron sus manos como enamoradas
las dos
transitaban el mismo camino
dando que pensar
a quienes su voz escuchaban
embelesados
con su dulzura y dualidad
a cada paso
armonioso que daban de su caminar.
La vida misma parecía relatarse en cada
suspiro
llevando a las
mentes olvidadizas las añoranzas.
A los oídos sordos, el sonido de la brisa.
A los ciegos ojos, la luz del amanecer.
A los labios resecos, el sabor del primer
beso.
El vuelo de
sus faldas se mecía con el viento
hasta sonrojar
las miradas sensuales
que se
clavaban en sus muslos.
Sus melenas onduladas cubrían sus rostros
para no
mostrar su identidad, conocida por todos,
ignorada por aquellos
que nunca conocieron
la sensación
de soñar en libertad.
Aquellos que las criticaban
se sintieron avergonzados
de no entender
sus fraseos
cómplices de
un idilio
al que se le
negó la opción de amar.
Una se llamaba música,
la otra atendía al nombre de poesía.
Las dos enamoradas siguieron su camino,
de sus
entrañas nació una hermosa criatura
a la que
bautizaron con esencias de felicidad
poniéndole por
nombre: Canción.
Criatura que en brazos, oídos y boca de
todos
dio un nuevo
sentido a conocidos y extraños,
convirtiendo a
envidiosos de vidas ajenas
en protagonistas
de su propio caminar.
Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España)
Que bonito. Gracias por compartir tocayo.
ResponderEliminarQue hermoso caro amigo ! Poesía y música por siempre enamoradas. Felicidades.
ResponderEliminarLa poesía y la música caminan juntas, de la mano, inseparables, insuperables. Hasta que llegaron estos tiempos y las destruyeron a ambas. Bonitos versos maese. 🌹
ResponderEliminarPreciosísimo Carlos. Me ha encantado
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