Y por fin llegó la hora del postre.
.- ¿os apetece algo más antes del
café?
.-sí, un helado grande de chocolate
.- ¿pero te va a entrar?
.-si no es para mí, es para Sor Beatriz
.-eres más tonta
.- ¿le apetece un helado?
.-bueno si insiste, habrá que hacer un esfuerzo
El tiempo había transcurrido tan
rápido que no se habían dado ni cuenta.
.-tengo una mala noticia hermana, son
las cuatro menos cuarto y no ha llamado a la superiora
.-quiere llamar desde mi móvil
.-lo que faltaba, déjelo, ya encontraré alguna escusa
.-esta tarde podíamos ir al cine
.-lo siento, pero he prometido que Claudia y Sara estarían de vuelta a
las ocho, luego si les dejan salir a dar una vuelta ya no es problema mío
Volvieron hasta la puerta de la pensión, donde estaba aparcado el coche.
Como toda la mañana y en la comida, los móviles no dejaban de capturar
imágenes.
Sor Beatriz temía la hora de la despedida y el posterior rato de
llantos. Todo fue diferente, se
despidieron con sonrisas, como si se fueran a volver a ver al día siguiente. Su
subconsciente, hacía quitar importancia a la despedida, para no nublar el
recuerdo de aquel reencuentro. Sabían que se volverían a ver y el tiempo no les
iba a amargar.
La hermana había vivido una mañana inolvidable. Recordaría toda su vida
aquel paseo con el padre de Angélica, aquella situación habia resultado extraña, el
comportamiento era similar a una pareja en su primera cita. Aquello que había
sentido ¿sería amor? Era un hombre y a ella le resultaba atractivo. No le dio importancia, no tenía ninguna
sensación de culpa moral y por supuesto, no había hecho nada que pudiera
afectar a su vocación.
Tumbadas en la cama aquella tarde, hablaban como amigas. Comentaban las
cosas de por la mañana y a Angélica le entraba la risa al oír como contaba la
hermana la anécdota del principio de la conversación con su padre.
.-si te ríes no te cuento más
.-pero si es usted quien se está riendo
.- ¿yo? Tú estás, boba
.-pues mi padre, no está con nadie
.-pero yo sí, lista
.-harían una buena pareja
.-dices más tonterías
.-me encanta su postura
.- ¿Qué postura?
.-me refiero a que por un día, ha sabido
combinar el ser monja, mujer y persona
.-lo he sido siempre
.-sí, pero no sé cómo explicarlo.
Cualquier otra hermana, usted mismo, hace dos días sin ir más lejos, se habría
escandalizado de esta conversación. Me imagino que una cosa es lo que se piensa
y otra lo que se exterioriza, pero ahora al hablar juntas, no hay mentiras,
ninguna necesitamos fingir, es todo tan simple como extraño
.- ¿simple?, ¿extraño?
.-si esta conversación que tenemos
porque estamos solas y aisladas, es natural. Es que no encuentro otra palabra
para definirla. Solamente natural
.-no me había dado cuenta, tienes razón, si me hubiesen dicho que
pasearía con un hombre por la calle, que en algún momento incluso me hubiese
apetecido cogerlo del brazo. Me hubiese puesto a pedir ayuda a dios para resistirme
a la tentación
.-se ha dado cuenta, que esta tarde no
hemos rezado al llegar a la habitación
.-tienes razón, pero durante nuestra conversación he sentido al señor
más cerca que nunca, mi vocación es mucho más fuerte, pero también las ganas de
vivir experiencias que me hagan entender a mis semejantes
.-eso no es malo
.-ves, ahora si necesito rezar, pero no para pedir perdón, si no para
saber realmente donde está la frontera entre la vivencia y el pecado. Hasta
hace nada, pecado era todo, ahora el único pecado es la hipocresía. No puede
ser tan sencillo. He de reflexionar antes de dar otro paso hacia delante
.-yo también lo haré
.-no sé, si eres demasiado inteligente para tu edad o tu edad te hace
ser más ingenua y decir lo que piensas, sin pensar lo que dices
.-no lo he pillado, pero me alagan sus
palabras
.-ahora silencio absoluto. ¿Te importaría que baje la persiana para que
no entre la luz?
.-yo la bajo, se piensa mejor a oscuras
Una hora o más, el silencio y la falta de luz, provocaron que ninguna de
las dos, sintiese nada exterior, ni el sonido de su tenue respiración.
La hermana tosió, en eso momento volvieron a la realidad.
.- ¿Qué hora será?
.-no sé, voy a abrir la persiana
Aún había bastante luz, no podía ser muy tarde.
.-nos queda tiempo hasta la hora de la cena
.-salgamos a la calle a que nos dé el
aire alrededor de la manzana
.- ¿Qué tal este tiempo de meditación?
.-genial, estupendo ¿a usted le ha
servido para algo?
.-para mucho, después de la cena junto a la ventana del pasillo, lo
comentamos
.-hasta la cena, vamos a dar un paseo.
Me hace hasta respirar
.-y a mí, nos vendrá bien
Pasearon sin hablar del tema, entraron al comedor y cenaron. Como cada
noche, fueron las últimas en tomar el postre, para después subir a ver la
ciudad a través de los cristales.
Al pasar frente a las puertas abiertas, la hermana se detuvo.
.-vamos hermana, que hoy ya la hemos
liado bastante
.- ¿cómo te llamas?
.- ¿le pasa algo hermana?
.-no, solo di cómo te llamas
.-Angélica
.- ¿y de donde viene Angélica?
.-pues vendrá de ángel
.- ¿me das permiso para dar un paseo?
.-claro, pero no la entiendo
.-ni yo misma me logro entender
.-explíquese
.-la otra vez pensamos en qué nos había faltado por hacer
.-se ha vuelto loca definitivamente
.-eso es lo que pensaron todas, cuando se empezó con las reformas
.-pero eso es distinto
.-no. necesito saber cómo es la noche y la gente joven, antes de volver
.-de acuerdo, ya me ha liado
- Sor Beatriz alzó la voz -
.-señora, vamos a dar una vuelta por la ciudad. Volveremos un poquito
tarde, pero no se preocupe
.-esperen, tengan las llaves de la puerta, para que no tengan que andar
llamando al timbre
Se acercaron a una parada de taxis que quedaba cerca.
.-buenas noches
.-buenas. Llévenos a otra parada que quede céntrica, para después poder
volver desde allí
.-enseguida
.- ¿y ahora donde iremos?
.-no tengo ni idea, primero a ver lo que hay por el centro y luego dios
dirá
.-no meta a dios en esto
.-tienes razón
.-bueno pues aquí las dejo, en esta parada siempre hay alguien toda la
noche
Empezaron a andar sin rumbo fijo. En el cajero de un banco, un mendigo se
acostaba sobre unos cartones, rebujado en una chaqueta (tenía suerte de estar
bajo techo). En la esquina de al lado,
una prostituta, vestida (por decir algo) de una forma vulgar y provocativa, se
acercaba a todo hombre que pasaba por allí para ofrecerle sus servicios. Más adelante, un corro de niños y niñas de
temprana edad, bebían de grandes botellas entre palabras groseras. En frente, contra la pared, una pareja se
besaba apasionadamente, como si nadie los viera, abrazados con posturas
obscenas, teniendo sus manos en las partes más intimas.
Sor Beatriz, prefirió pensar que todo era fruto de la casualidad, pero
en todo el paseo, solo se encontraron con: mendigos, prostitutas, grupos bebiendo,
parejas engarzadas y alguna que otra solitaria persona de paso rápido acera
adelante.
.-que triste, yo me pensaba encontrar algo divertido, gente con la que
poder compartir unas palabras y sacar de ello alguna experiencia enriquecedora.
.-esto puede serlo, si miramos con sus
ojos y dejamos de ver con los nuestros
.-mírala, se despertó la filósofa
.-tal vez yo sepa dónde encontrar lo que
busca ¿pero?
.-vamos, no me pienso quedar con la duda
En unas luces que parpadeaban, se dejaba leer:
GALAXY
Discoteca
.-ahí es donde usted quería ir, pero yo
no me atrevía a llevarla
.-ni que nos fueran a comer
.-con que nos dejen entrar es bastante
.-tú, déjame a mí, ya verás
Bajaron unas anchas escaleras, al llegar a la puerta, estaba tapada por
un señor alto y ancho, como un armario.
.- ¿cuánto cuesta entrar aquí?
.-diez euros persona con consumición
.- ¿y sin consumición?
.-igual
.-pues vaya
.-no sé. Cree que este es un
sitio apropiado para su vestimenta
.-y si no consumimos ¿cuánto nos devuelven al salir?
.-mire, mejor que se vuelva al convento
.-o sea, que no me devuelven nada
.-además y ella ¿cuántos años tiene?
.- ¿cantos tiene que tener?
.-dieciocho
.-pues no los tiene
.-entonces no pueden entrar
.-o sea, que como es menor no paga entrada
.-por favor retírense que hay gente
.-vale, vale, pasen ustedes
Se retiraron de la puerta y una vez entraron, se volvieron a aproximar.
.-es que solo queremos ver como es esto por dentro y el ambiente que
hay, no bebemos y enseguida nos marchamos, solo un ratito
.-no sean pesadas
.-vale entramos estamos un momento y nos volvemos a la pensión
.-vale paguen la entrada y pasen
.- ¿pero no habíamos quedado en que pasábamos solo un momento?
.-me tiene arto, pasen y hagan lo que les venga en gana, pero déjenme en
paz. Joder, monja tenía que ser
.-esa boquita
.- mira que hay sitios. Pues no. Me han tenido que tocar a mí.
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