Y de nuevo
desperté
rodeada por tus brazos.
El olor a madrugada
recorría mi
espalda desnuda.
Tu aliento acariciaba
mi pelo
y tus sueños protegían los míos .
La sábana,
cubría las virtudes
tan solo
hasta la cintura.
Nuestros corazones
juntos
se
acompasaban en su latir.
Y un halo
de ternura
envolvía nuestros
cuerpos
uniéndolos con
dulzura
como cada
amanecer.
Mis pestañas
te acarician
despertando
a un nuevo día
y tus
brazos se hacen lazo
al no
dejarme marchar.
Que emoción
el despertar
cada mañana
a tu lado
cuando
empieza a clarear.
Y levantarse
esperando,
esperando cada
noche
La noche
que ha de llegar.
Tiernas y amorosas letras. Tierno despertar, tierno sentir, tierna inspiración, tierno instante en que surgió flamante la poesía. Un beso y gracias querido amigo Carlos. America Santiago.
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